Sin duda, Megan Rapinoe ha sido la jugadora más destacada de la selección femenina estadounidense en el Mundial de Francia. Más allá de sus goles y buen juego -que le han otorgado el premio a máxima goleadora y mejor jugadora del torneo-, la carismática jugadora de tupé rosa, mirada incisiva y gafas de sol, ha dado una lección a su país y al mundo contra la intolerancia y en favor de "un mundo mejor".
Este miércoles, las calles de Nueva York se abarrotaban de aficionados ataviados con todo un repertorio de camisetas, bufadas y banderas, dispuestos a celebrar el segundo Mundial consecutivo de la selección femenina de Estados Unidos. Uno de los momentos más emotivos de la tarde fue cuando la capitana, Megan Rapinoe, tomó la palabra y enmudeció al público con diversas dosis de verdad.
"Tenemos que ser mejores. Hay que amar más y odiar menos, escuchar más y hablar menos. Es responsabilidad de todos. Es nuestra responsabilidad hacer del mundo un lugar mejor", enunció la bicampeona del mundo a la vez que el ambiente comenzaba a llegar al punto de ebullición.
En favor de un mundo mejor, Rapinoe apeló a la responsabilidad de cada ciudadano para construir una sociedad mejor para todos, no solo para unos pocos. "Haz lo que puedas. Haz lo que tengas que hacer. No te encierres en ti mismo. Sé más. Sé mejor. Sé más grande de lo que has sido antes", entonó la mejor jugadora y máxima goleadora del Mundial de Francia mientras la caldera norteamericana extasiaba de júbilo.
"Es responsabilidad de cada uno. Es tiempo de estar juntos. Tenemos que colaborar, este es mi consejo, hagan lo que puedan, sean mejor de lo que han sido. Este equipo es una representación de lo que pueden hacer si hacen eso", concluyó la jugadora. Ahora, toca reflexionar.
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