El partido entre el Hoffenheim y el Bayern de Múnich ha dejado una imagen nunca vista antes ni en la Bundesliga ni en el resto del mundo del fútbol. No por el abultadísimo resultado logrado por los bávaros, sino por el cuarto de hora en el que ambos equipos se dedicaron a pasarse el balón entre ellos en protesta por los ultras.

Todo sucedió tras un encuentro que estuvo marcado por la actitud de estos radicales. Una que hizo que el árbitro tuviera que avisar de que, de seguir así, aplicaría el protocolo pertinente ante este tipo de situaciones. No sirvió de nada, y al final tuvo que detener diez minutos el partido en el 77'.

El motivo, los insultos y la pancarta mostrada por parte de los ultras del Bayern que avergonzaron tanto a sus jugadores como a su cuerpo técnico y directiva. El destinatario de la violencia verbal era Dietmar Hopp, una de las personas más ricas del país y dueño de SAP.

Tras el parón, los futbolistas se dedicaron a pasarse el balón entre ellos en señal de protesta para decir 'basta ya'. Para dejar una imagen ejemplar en el mundo del fútbol en forma de pases y más pases entre ellos y decir así 'no más' a los radicales y a la violencia escrita y verbal que, desgraciadamente, se lee y se escucha en los campos de fútbol.