El Real Madrid se secó cual desierto en lo que a gol se refiere ante el Betis. Los blancos tuvieron uno de esos partidos en los que puedes estar tirando y tirando, y llegando a puerta constantemente, que sabes que por alguna razón el gol no va a llegar. Sin embargo, en el árido fútbol madridista destacó la figura de Eden Hazard.
Porque Hazard empieza a ser Hazard. El belga fue sin duda el más destacado de un Real Madrid en el que tampoco hubo mucho más que él. Sus brotes verdes, que en ocasiones se han visto, ya van cogiendo forma y todo lo relacionado con su estado físico y su peso va quedando atrás. Tras eso y la lesión que le tuvo fuera al comienzo del curso, Hazard ya va acercándose al sobresaliente.
Eden estuvo tremendamente activo y además también atrevido. Buscando la pelota y tenerla. Buscando driblar y encarar. Queriendo ser protagonista de su equipo y también liderar el ataque blanco, algo que sin duda hizo. De sus botas nació el único gol del partido, que terminó siendo anulado por centímetros por el VAR.
Pero es esa jugada la que mejor define a Hazard. Control en banda, cabeza arriba y a jugar con clase el balón. Dejando sentados y atrás a los rivales que le saliesen al paso, entrando al área, perfilándose para su diestra y remantando directo a la red. El vídeo se encargó de dejar sin premio al belga.
No fue suficiente su aportación para los blancos. El resto, escaso. Rodrygo apenas jugó un tiempo antes de que Vinicius, acelerado y tan desacertado en cuanto a definición como en él es habitual, tuvo un par de opciones pero no concretó. Benzema, poco, y el resto tenía problemas de creatividad en cuanto se acercaban al área de Joel Robles.
Así pues, un punto para un Real Madrid que no aprovechó el tropiezo del Barcelona en Valencia tras caer por 3-1 ante el Levante y el 1-1 del Atlético en Sevilla.