La Real Sociedad ganó al Leganés (3-2) y brindó una brillante despedida a dos jugadores emblemáticos que se van, Xabi Prieto y Carlos Martínez, que vivieron sus últimos minutos con la camiseta blanquiazul sobre el terreno de juego recién salidos de graves lesiones.
Mikel Oyarzabal abrió el marcador en el minuto 18 al aprovechar un balón despejado por Champagne previo remate de Juanmi. Ese tanto animó todavía más a la grada y llegó el mejor fútbol del equipo vasco, el que ha acompañado en Anoeta cada partido desde la llegada al banquillo de Imanol Alguacil, de forma que el encuentro cobró nueva vida.
El segundo tanto de los locales fue una obra de arte, iniciada por Rubén Pardo y continuada por Willian José para habilitar a Sergio Canales, que batió con mucha calidad la portería del Leganés, en el que puede haber sido también el último encuentro en Anoeta para el centrocampista cántabro.
Los donostiarras lo festejaron con tal fruición que dejaron de hacer los deberes y un regalo en el centro de campo un minuto más tarde a Guerrero permitió al delantero del Leganés plantarse solo ante Rulli. Su remate lo despejó desde la línea de gol acrobáticamente Kevin Rodrigues, pero ahí estaba Diego Rico para aprovechar un pase de cabeza del propio Guerrero y acortar distancias.
La segunda parte empezó fenomenal para el equipo de Asier Garitano, mirado de reojo por la afición local, ya que es una de las opciones de banquillo para la próxima temporada, porque su equipo fue claramente a por la victoria y empató en el minuto 52 con un gol de Guerrero, que se desquitó así de no haber podido marcar en la primera mitad en dos claras ocasiones que tuvo.
Los locales se descompusieron con ese tanto y fue el equipo madrileño el que llegó más y mejor a la portería rival, hasta que Prieto salió a calentar para jugar sus últimos minutos con la camiseta blanquiazul.
El penalti, pitado con suspense por Medié Jiménez, no podía ser lanzado por el mejor especialista europeo en los últimos años porque Prieto estaba en la banda y fue el brasileño Willian José quien lo ejecutó con gran precisión para firmar el 3-2.
La entrada del capitán, que recogió el brazalete de Illarramendi, metió a Anoeta en una fiesta a siete minutos para el final, a la que se unió, a falta de tres minutos, el otro agasajado, Carlos Martínez, para emocionarse sobre el césped junto a sus compañeros.
Tribunales
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