El Real Madrid suma y sigue para volver a levantar un título que no cata desde 2012. El equipo de Zinedine Zidane se deshizo de forma sencilla de un Espanyol que no trenzó ni una jugada de ataque en 90 minutos. Un 2-0 fue bastante, con goles de Morata y de un Gareth Bale que regresó tras su lesión anotando una gran diana con su zurda.

Era este uno de esos partidos trampa para el Real Madrid. El rival, el Espanyol, no gana desde hace ya bastantes años en territorio madridista pero Zidane salió con los menos habituales. Y en semana tras jugar un intenso duelo Champions contra el Nápoles. Sin embargo, nada de trampas hubo en el Bernabéu: tan solo Piatti quería poner luz a un equipo que tuvo muchas sombras y muy poca claridad.

El Real Madrid fue un rodillo que no dejó respirar a su rival. Los de Quique, muy exigidos, no conectaban demasiados pases y apenas salían de su propio terreno de juego. Ante eso, la zaga catalana no hacía más que achicar balones buscando una contra que no llegó. Era un encuentro de dos velocidades: la del Espanyol, lenta; la del Real Madrid, mucho más rápida. No querían dejar espacio a las sorpresas.

Era cuestión de puntería que llegara el primero. Cristiano, autor de una espectacular elástica con caño incluido, anotó uno que no subió al marcador por fuera de juego. Por un fuera de juego muy justo. Morata marcó otro que sí subió al luminoso. El canterano remató de cabeza con maestría un centro medido de Isco y Diego López tan solo pudo observar cómo el balón entraba en sus redes. Justo resultado, pero corto.

Corto porque quedaba mucho tiempo. Sin embargo, en la segunda parte el guión no cambió ni un ápice. El Espanyol siguió esperando, agazapado a ver si podía cazar alguna contra sin saber que la enorme distancia que había con su línea ofensiva y el poco apoyo a esta lo hacía imposible. El Real Madrid no dejó de arrinconar a los visitantes. Las ocasiones se sucedían, pero ni Cristiano ni Lucas Vázquez dieron con la puerta de Diego López.

Sí que lo hizo Gareth Bale, que volvió a disfrutar de minutos tras su lesión en Champions League contra el Sporting de Portugal. El galés regresó por la puerta grande, aprovechando un pase en profundidad para, con su zurda, cruzar en carrera ante Diego López. Partido cerrado a falta de siete minutos... mas cierto es que aunque no se hubiera cerrado el Espanyol no atacó en 90 minutos. Casilla vivió una plácida tarde.

Tres puntos más para el casillero de un Real Madrid que muy mala racha tiene que pasar para dejar escapar una Liga en la que es líder con dos partidos menos por jugar. Los blancos apenas tuvieron oposición en el cuadro catalán y siguen de fiesta tras el triunfo ante el Nápoles por 3-1.

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