El Eibar logró frente al Espanyol su tercera victoria consecutiva en Liga, un resultado que les lleva a superar a su rival en la tabla y a alejarse aún más de la zona de peligro con la que coquetearon desde el comienzo liguero. Fue un encuentro incómodo para unos pericos que no encontraron la llave para ganar el centro del campo e inquietar a Dmitrovic.
No empezó bien el partido para los visitantes, que antes del minuto cinco tuvieron que ver cómo Sergio García tenía que retirarse del terreno de juego lesionado, para dar entrada a Leo Baptistao. Y es que el frío ambiental también podía hacer estragos en los músculos de los futbolistas.
El Eibar achuchaba a su rival en su propio campo, y tras una falta desde la frontal perfectamente botada por Arbilla que golpeó en el larguero, Kike García estuvo atento para alcanzar el rechace y poner el primer gol en el marcador, un tanto que daba aire y alas a un Eibar que parecía seguir con la moral por las nubes.
Gerard Moreno consiguió encarar a Dmitrovic tras un pase largo, pero el guardameta armero logró salvar la ocasión en unos minutos en los que el encuentro parecía alejarse de todo el trabajo táctico realizado por ambos equipos durante la semana.
El Espanyol estiró las líneas para tratar de que los armeros no tuvieran el control del partido, y llegaron unos minutos en los que el centro del campo se convirtió en un hervidero de jugadores de ambos equipos tratando de hacerse con el dominio del juego. Eso sí, los visitantes fueron poco a poco ganando terreno ante un Eibar que parecía desear la llegada del descanso con la renta lograda en el marcador, si bien no dejaban pasar la ocasión de salir a la contra, con jugadas rápidas aunque sin llegadas claras.
Cuando se acercaba el descanso, el Eibar sacó su garra y, en una jugada tras error de Darder, Enrich cedió el balón a Alejo, que finalizó la jugada como un delantero centro para aumentar la ventaja de los de Mendilibar y otorgar tranquilidad a la parroquia armera.
Así se llegó al descanso, con una ventaja suficiente como para afrontar la segunda parte con tranquilidad por parte del Eibar, y con nervios y ansiedad para los pericos. La reanudación arrancó igual que el partido, con una lesión muscular, en este caso de David Juncá, que tuvo que ser sustituido por Cote en el minuto 50 de partido.
Pasaban los minutos, y los catalanes no abrían huecos en la defensa armera, mientras que el Eibar jugaba con la ventaja del marcador, concentrado y tratando de dejar pasar el tiempo. Pese a todo, en el minuto 67, David López levantó demasiado la pierna dentro del área pero sin golpear en el rostro de Enrich, lo que supuso una pena máxima favorable al Eibar, que el ex perico Joan Jordán se encargó de materializar, aunque no lo celebró.
A partir del tercer tanto, el Espanyol pareció bajar los brazos de cara al ataque, mientras que los armeros trataban de gustar y gustarse buscando más llegadas al área de Pau López . Pese a ello, en una falta sin aparente peligro, Enrich marcó en propia meta a falta de poco más de diez minutos, un tanto que abría alguna esperanza para los catalanes.
De ahí al final, el panorama no cambió, y el Eibar demostró su mejoría ante un Espanyol que sigue sin encontrar su fútbol lejos de su casa.