Qué mejor que tener una plácida y motivadora noche justo antes de un día grande. De un día especial. De uno importante. De jugarte buena parte de la temporada, de tener que meter mínimo cuatro goles en Champions al PSG, si no quieres caer en octavos. El Barça ha vivido una de esas jornadas, y es que los culés apisonaron a un Celta bastante pobre en el Camp Nou para hacerse con los tres puntos con un resultado que impone.
Un 5-0. Nada más y nada menos. Resultado que les valdría para estar en cuartos de lograrlo ante el PSG de Emery, pero ni el PSG es el Celta ni la Champions es la Liga. En el torneo doméstico, que es el que nos ocupa según la regla del 'partido a partido', el Barça es líder. Lo sigue siendo mejor dicho, gracias a partidos como el que han hecho ante los de Berizzo que vuelven a hacernos recordar, por si alguien se había olvidado, que los de Luis Enrique siguen sabiendo dar espectáculo. Y del bueno.
Del muy bueno. Como el que dieron en la primera parte. En esta, Messi y Neymar se bastaron para noquear al Celta. Lo hicieron con delicadeza y con calidad. El 10, tras un eslalon típico de los suyos que terminó con un 'pase' a la red desde la frotanl. El brasileño, tras un pase del argentino inmenso que terminó con una más inmensa picadita por encima de Sergio. El Barça lo tenía todo controlado.
El Celta, por contra, parecía no saber ni dónde estaba ni cuándo había empezado un partido al que no llegaron durante ninguno de los 90 minutos que duró. Los celestes se vieron superados en todo momento tanto con balón como sin balón, corriendo incluso menos que un rival que sabes que no perdona si no eres intenso. No lo fueron, y tras la reanudación se llevaron otra buena ración de goles ante la que no hubo respuesta.
Tampoco tuvieron tiempo de reaccionar, porque el Barça marcó tres tantos en menos de siete minutos. Primero fue Rakitic, en fuera de juego, desde dentro del área grande. Luego Umtiti, con un pase de Messi ante el que definió con precisión. Y finalmente el propio Lionel haría el quinto en otra jugada con arrancada por banda y disparo ante el que Sergio ni tan siquiera se tiró. Wass buscó el del honor, pero su tiro se marchó incomprensiblemente fuera cuando tenía todo el arco para él.
El Barça jugaba a placer ante un Celta que ejercía una presión aún más débil con el paso de los minutos, y que era incapaz de dar más de dos pases seguidos. Así pues, el sexto sobrevolaba un ambiente festivo, de comunión entre equipo, afición y cuerpo técnico que buena falta hace si quieren remontar un 4-0 al todopoderoso PSG. Lo intentaron Messi y Suárez, en un gesto quizá demasiado noble del 10 para que el uruguayo anotara su gol cuando lo más fácil era que marcara el argentino. Pero con cinco fue suficiente.
Con el liderato todavía en la mano, a pesar de que el Real Madrid tenga un partido menos precisamente frente al Celta en Balaídos, el Barcelona va con la moral por las nubes a enfrentarse a un equipo que le pasó por encima hace tres semanas. Toca pensar en Champions. Toca el PSG. Toca una heroíca.