No han pasado ni 20 años desde que el Deportivo de La Coruña ganara LaLiga con Javier Irureta en el banquillo. Desde que los gallegos se sumaran a ilustres como Real Madrid, Barcelona, Atlético y demás al selecto club de campeones del torneo de la regularidad. Ahora, en 2019-20, la etapa del gran equipo blanquiazul es tan solo un recuerdo.

Un recuerdo que puede tardar en volver si es que vuelve. Porque el equipo está cada vez más hundido y rozando algo que parecía imposible que pudiera llegar cuando disputaron esa semifinal de Champions League ante el Oporto. O cuando remontaron al poderoso Milan de Carlo Ancelotti tras ser vapuleados en la ida sobre el verde San Siro. Queda lejos el verde milanista... y muy cerca un pozo del que si caen será complicado que puedan salir pronto.

Muchos se llevaron las manos a la cabeza tras el primero de los no pocos descensos de un equipo que pasó de codearse con los más grandes a ser de los llamados 'ascensor' y a vivir tantas temporadas en Segunda como en Primera. Pudieron subir de nuevo el pasado curso, pero se les atragantó el Mallorca en la final de unos 'playoff' a los que llegaban con ventaja a Son Moix. Se quedaron en el infierno... pero para infierno el que están viviendo ahora.

Llevan 18 partidos sin conseguir la victoria

Porque el Deportivo, uno de los nueve equipos de España que han ganado una Liga, es colista de Segunda y lleva, ojo, 18 partidos sin ganar. Tan solo lograron el triunfo en la primera jornada, y desde entonces nueve empates, nueve derrotas y últimos a 8 puntos de la salvación. Suman 12, por los 20 del Málaga. Sí, el fantasma empieza a ser corpóreo para los gallegos.

Lo peor no solo son los números. Son las sensaciones. Es ver a un equipo que ni con el cambio de entrenador ha logrado revertir una situación que está comenzando a ser una constante. Que tiene a los jugadores subiendo vídeos en redes sociales cuanto menos confusos y a la afición tremendamente mosqueada con los dirigentes del club.

Donato, Mauro Silva, Makaay... y Djalminha

Ellos, los que ni tan siquiera son los más viejos del lugar, han visto a un Depor campeón. A un Depor peleón y luchador que miraba de tú a tú a los más grandes de España y de Europa. A un equipo que aguó el Centenario al Real Madrid y que se quedó a un penalti de conquistar la Liga en 1994. Que por fin pudo celebrar el título en el año 2000.

Que ha visto vestir la blanquiazul a míticos como Fran y Donato, o como Diego Tristán y Makaay, pasando por los Molina, Valerón, Liaño, Naybet y Manuel Pablo. Que ha tenido a dos genios del balón como Bebeto y Djalminha y que estuvo a las puertas de una final de Champions League hace poco más de 15 años. Llegaron a ser terceros según el coeficiente UEFA en aquel comienzo de los años 2000.

Después, la hecatombe. Multitud de problemas económicos comenzaron a forjar lo que es el Deportivo actual. En 2011 perdieron la categoría y a partir de ahí ascenso, descenso, ascenso, descenso... y así sucesivamente. Bajaron hace dos cursos, pudieron ascender el pasado, pero el Mallorca les privó de lograrlo. Ahora, eso de estar en Primera suena a cuento chino.

El fuego cada vez quema más

Porque el fuego de la Segunda división B quema. Y quema mucho. Y a saber qué sucedería con el club como tal si no logran salir de una situación para la que se requiere una solución urgente. Sí, porque lo que parecía imposible en la época del Super Depor, o del Euro Depor, ahora es algo más que una posibilidad. Es una realidad. No pocos son los equipos que se hunden y no se dan cuenta de que están hundidos hasta que ya no hay remedio posible...