Ya está aquí el primer sorpresón de la Copa del Rey. El Atlético de Madrid cayó ante la Cultural y Deportiva Leonesa, en un partido que se decidió en la prórroga (2-1). Sergio Benito, delantero que había entrado en la segunda mitad, fue el encargado de conseguir una clasificación histórica para el equipo leonés. Su definición, al primer toque, fue magnífica.

El zapatazo de Ángel Correa, después del pase en profundidad de Joao Félix, parecía decantar la eliminatoria para un Atlético gris, sin la intensidad característica de los primeros años de Simeone en en el banquillo. Juan Castañeda empató el choque en el minuto 83 y, ya en la prórroga, Sergio Benito hizo el tanto decisivo.

Pero el protagonista no fue ninguno de los dos goleadores. El protagonista, sin ninguna duda, fue el portero de la Cultural, Lucas Giffard, normalmente suplente en el campeonato liguero. Sacó cinco guantes memorables y desesperó a los Joao Félix, Saponjic el jovencísimo Rodrigo Riquelme, que salió en la segunda parte, en un cambio difícil de entender de Simeone, que retiró a Correa del campo.

El Reino de León disfrutó mientras los jugadores del Atlético se marchaban cabizbajos. Y no es para menos: han protagonizado el primer sorpresón de la Copa del Rey. A los chicos del Cholo, ya sin Copa y con el liderato de Liga algo lejos, sólo les queda la esperanza de la Champions. Pero la sombra del Liverpool es aterradora. Sin embargo, en la noche del jueves, la sombra verdaderamente aterradora fue la de la Cultural y Deportiva Leonesa.