El Real Madrid puso el broche final a la fiesta por la Decimotercera Copa de Europa con un espectáculo de luces, imagen y sonido en el Santiago Bernabéu.

Como es costumbre los jugadores saltaron uno a uno coreados por una afición blanca entregada. Eso sí, este año también se reconoció al Real Madrid de baloncesto. El equipo de Pablo Laso recibió un merecido homenaje tras ganar la Euroliga.

Pero el palto fuerte llegó con el equipo de Zidane. El técnico francés fue el primero en saltar al campo y subir al pulpito que ocupaba el centro del campo.

Todos los jugadores, uno a uno, fueron desfilando ante la afición congregada en el feudo blanco. Bale y Benzema fueron ovaciones tras su papel clave en Kiev.

Cristiano Ronaldo tuvo un gesto al saltar al campo haciendo enseñando la mano por las cinco Copas de Europa que ya figuran en su palmarés.

Ramos fue el encargado de portar la 'Orejona' hasta el centro del campo. Allí inició los parlamentos ante la afición.

"Decían que era imposible volver a ganar, pues este año estamos aquí otra vez", aseguró el capitán.

Tras Ramos, habló Zidane que se limitó a agradecer el apoyo a la afición: "Gracias por el apoyo de corazón".

Y el momento definitivo llegó con las palabras de Cristiano. El portugués agarró el micrófono tras sus polémicas declaraciones de Kiev y fue muy claro.

"Qué puedo decir de esta afición que nos ha dado tanto cariño. Es un orgullo jugar en el club más grande del mundo", aseguró Cristiano, que tuvo que interrumpir su discurso ante los gritos de sus compañeros y la afición de 'Cristiano, quédate'.

La afición le ovacionó, a la espera de que hable esta semana y aclare su futuro tras sus palabras en Kiev. Fue el final de una fiesta apoteósica en el Santiago Bernabéu.