Tras debutar con el Real Madrid en 2017 y alzarse con LaLiga y la Champions esa misma temporada, el Borussia Dortmund consiguió la cesión de Achraf Hakimi para dos temporadas.

En el Signal Induna Park, el lateral hispano-marroquí creció a pasos agigantados y se consumó como uno de los mejores carrileros de Europa, despertando el interés de los grandes de Europa mientras el conjunto blanco no levantaba la lupa de él.

Una vez finalizada la cesión, Achraf regresó a la 'Casa Blanca', pero solo de paso. Con el objetivo de paliar las consecuencias económicas de la pandemia y sanear las arcas, el conjunto merengue decidió traspasarle al Inter de Milán a cambio de 45 millones de euros. Eso sí, guardándose un derecho de tanteo.

Tras una increíble temporada en Italia, coronada con el título de la Serie A, el París Saint-Germain ha desembolsado este pasado verano 60 millones de euros para hacerse con los servicios del jugador, que ha recalado en el Parque de los Príncipes como titular indiscutible.

Sin embargo, el sueño de Achraf sigue siendo jugar en el Real Madrid. Al menos así lo afirma Antonio Conte, técnico del lateral durante su año en el Inter.

"El sueño de Hakimi es volver a jugar en el Real Madrid", aseguró el entrenador italiano, que ahora se encuentra sin equipo, en 'Sky Sport Italia'.

A su vez, Conte explicó cómo vivió Hakimi el duelo frente al Real Madrid en la pasada edición de Champions (se marcó un gol en propia en Valdebebas): "Él sufrió en esos dos partidos. Recuerdo el error que cometió en Valdebebas, pero a partir de ahí trabajó mucho".

"Necesitaba unos banquillos y lo aceptó con serenidad y con ganas de aprender. Ahora es uno de los laterales más fuertes del mundo, puede convertirse en un crack. También ha mejorado mucho en la fase defensiva y en el último pase", añadió.

Achraf tiene contrato con el PSG hasta 2026 y el lateral derecho es, casi con toda seguridad, la posición más débil del Real Madrid en la actualidad. Conte aviva la ilusión del madridismo, pero bien es sabido que el cuadro parisino no suele dar su brazo a torcer en el plano económico.