La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) consideró "de una gravedad extrema" los cánticos racistas que recibió el delantero del Athletic Club Iñaki Williams este sábado en el RCDE Stadium y advirtió que no se reflejaron en el acta arbitral ni se pudo tomar ninguna de las medidas previstas por la ley porque no hubo "conocimiento directo" por ninguna de las partes encargadas hasta después del partido.

"La RFEF considera que las actitudes o cánticos racistas realizados en el día de ayer en el estadio del RCD Espanyol por un número muy reducido de personas de la afición del RCD Espanyol son, por sí mismos, y con independencia del número de personas que los profirieron, de una gravedad extrema", señaló la RFEF este domingo.

El organismo indicó que lo sucedido en Barcelona "pone en evidencia que en la sociedad española siguen existiendo grupúsculos de gente altamente intolerante e incívica, merecedores de un castigo ejemplar y de la más completa repulsa social colectiva" y que pondría el asunto en manos de la Comisión Nacional Antiviolencia "a los efectos de que se adopten las medidas pertinentes".

Además, recalcó "el esfuerzo y la dedicación" del club catalán, "no sólo para erradicar este tipo de actuaciones de sus aficionados, sino también para poder identificar a los autores de tales actuaciones, absolutamente reprobables a los efectos de poder aplicar, contra ellos, las más severas sanciones disciplinarias". Sin embargo, y "en aras a la transparencia" y "para general conocimiento", la RFEF reconoce "que durante la celebración del encuentro ninguno de los árbitros o asistentes se percataron de acción alguna al respecto" y que fue un jugador del Athletic (Muniain) el que se dirigió al colegiado Sánchez Martínez para señalarle, que "según le había comentado" el propio afectado, éste había sido "tratado de manera vejatoria".

"El árbitro del encuentro le manifestó que él no se había percatado de nada y que en ese momento el Sr. Williams ya estaba en los túneles del vestuario", puntualizó el ente. "Además, en la reunión posterior al partido, el colegiado preguntó al Delegado Federativo si había visto o se había percatado de algo, contestándole éste que no", añadió.

"Tampoco recibieron ni el árbitro, ni el Delegado Federativo notificación alguna por parte del Coordinador de Seguridad del Estadio al respecto y, por último, el Delegado Federativo, como es su obligación para reflejarlo en el acta, preguntó al responsable de LaLiga si había percibido alguna cosa sobre este tema, siendo también su respuesta negativa. Más tarde, sí le manifestó que había oído algún rumor sobre el particular pero que en ese momento no le constaba", subrayó la RFEF.

Por este motivo, "horas más tarde", el Delegado de la Liga, "tras haber visionado un video que se le había hecho llegar", comunicó al Delegado Federativo que "él sí lo haría constar en su informe porque lo había podido ver en ese vídeo que se le había facilitado". "El citado informe en estos momentos aún no ha llegado a la RFEF", remarcó el organismo que preside Luis Rubiales.

"Los hechos no constan en el acta del encuentro porque ni el árbitro durante el mismo, ni los asistentes del árbitro, ni el Delegado Federativo, ni, incluso, el Delegado de LaLiga tuvieron conocimiento directo alguno de tales actitudes o cánticos racistas e intolerantes durante el encuentro", aseveró la RFEF, que reiteró su "confianza plena en la totalidad de los árbitros que están actuando, en todo momento, con absoluta profesionalidad y cumpliendo de manera correcta y ajustada a las circunstancias de cada momento los protocolos establecidos para este tipo de situaciones".