Tardó en arrancar. Tardó mucho en arrancar, pero el Clásico fue tan Clásico como siempre. Por más que fuera a las 13:00, por más que el horario fuera extraño. Por más que la cercanía de las fechas navideñas amenazara con que los jugadores se dejaran llevar. Nada más lejos de la realidad, una que deja al Real Madrid a mucha distancia del Barcelona en la lucha por la Liga después del triunfo de los azulgranas por 0-3 en el Santiago Bernabéu.
Apenas hubo minutos de tanteo en el templo blanco. Los madridistas fueron a cuchillo a por su rival, forzando corner tras corner y marcando incluso un gol por medio de Cristiano, gol que fue anulado por un claro fuera de juego. Sin Isco y con Kovacic, el mediocampo cerró los pasillos centrales para un Barcelona al que le costaba combinar como suele hacerlo. La prueba de ello es que Busquets, Iniesta y Messi apenas aparecían. Y cuando podían hacerlo había no pocos madridistas a su alrededor.
Cristiano probó a Ter Stegen, y a toda la defensa del Barcelona. Benzema hizo lo propio con un disparo de cabeza que se fue al poste. Y por los culés, el más peligroso, Paulinho. El mediocentro, ante la opacidad creativa azulgrana, tiró de lo que el sabe tirar. Con un par de llegadas típicas, a punto estuvo de poner el 0-1. Si no lo hizo fue por una intervención milagrosa de Keylor Navas.
Sin faltar ocasiones, faltaba algo. Faltaba chispa. Faltaba esa chicha que hace al Clásico un duelo tan especial. Todo de eso hubo en la segunda parte, una con picante, con polémica y con goles. Kovacic empezó a perder la marca. Le empezaron a pesar los minutos. Y sin él, sin ese ancla en mediocampo, Messi encontró libertad. Y todos. En especial Rakitic, con una carrera por todo el centro con el cuero controlado que acabó con Luis Suárez, completamente solo, batiendo a Keylor para el 0-1.
Llegaron los nervios al Bernabéu. La tensión de verse a 14 puntos, a falta del encuentro ante el Leganés, comenzó a pasar factura a una afición y a un equipo que bien pudo acabar con 10 tras una posible agresión de Ramos a Suárez. Con 10 acabó, pero minutos después, cuando Carvajal hizo de portero para evitar un gol cantado que al final terminó cantando el Barça. Penalti y diana de Lionel Messi. Los puntos volaban a la Ciudad Condal.
Aprovechó sus momentos el Barcelona con dos goles que lejos de noquear al Real Madrid le hicieron despertar. Zidane pasó, por fin, al ataque, con Asensio y con Bale por Kovacic y por Casemiro, y con el cambio 'obligado' de Nacho para recomponer la zaga tras la roja a Carvajal. Se fue Benzema, de nuevo pitado, y lejos de perder presencia ofensiva el cuadro blanco comenzó a tenerla. Ter Stegen se lució ante Bale, y el cuero sobrevolaba el área de un arquero alemán y de un equipo que sabe que los madridistas nunca se rinden.
Pero de nada sirvió la lucha y la resistencia madridista, pues Aleix Vidal, nada más salir, hizo el tercero. El Barcelona sale del Santiago Bernabéu con tres puntos tras una victoria sólida y un partido que fue lo bastante bueno como para superar al Real Madrid. Más líder que nunca, y a una distancia casi insalvable para un equipo, el madridista, que ve cómo en diciembre tiene casi imposible defender su título.