El delantero Iago Aspas lideró con tres tantos la goleada del Celta ante el Sevilla (4-0) en un partido en el que la exhibición de puntería del equipo gallego contrastó con la falta de pegada sevillista, que se estrelló contra el portero Sergio Álvarez, clave en la victoria de un equipo vigués que refuerza su candidatura para luchar por un puesto europeo.
El primer tiempo apenas tuvo sobresaltos con dos equipos encorsetados por sus numerosos errores en el momento del pase. Ninguno arriesgó con sus propuestas de fútbol de ataque. El Sevilla, que ejerció un ligero dominio, esperó el error celeste para contragolpear.
Tuvo un inicio esperanzador durante los primeros veinte minutos: un tiro de Nzonzi y dos lanzamientos de Sandro, uno muy claro, pues con solo siete minutos de partido malgastó un mano a mano ante Sergio Álvarez. Sandro fue la apuesta de urgencia de Montella, una vez que Correa se lesionó muscularmente en el calentamiento.
El Sevilla únicamente tiró de contraataques. Buscó algo el peligro por las bandas, con el desborde de Sandro y Sarabia, pero poco a poco se contagió del sesteo del Celta. El Celta ofreció durante muchos minutos una mala imagen, sin ningún control en el centro del campo, sin combinaciones en ataque.
No asomó sobre el área de David Soria. Hasta el minuto 38. Todo cambió ahí. El primer intento gallego finalizó con gol circense: Tucu Hernández abrió hacia la banda izquierda de Jonny, que centró y la pelota se envenenó con un mal despeje de Kjaer, que se lesionó, un intento de David Soria por evitar que el balón entrase en su portería y un gol en propia portería de Arana.
La carambola avivó al Celta y volteó el ritmo del partido en los minutos finales de la primera parte: Aspas rozó el segundo gol con un remate que sacó con la punta de los dedos Soria; Sandro rozó el empate con un tiro cruzado desde ocho metros que despejó con un pie Sergio.
Ese ritmo animoso se mantuvo al inicio de la segunda parte. Y también el protagonismo del portero Sergio, otra vez clave para evitar el empate andaluz tras un buen tiro de Ben Yedder. La falta de pegada del Sevilla la tuvo el Celta, más cómodo, más dinámico en su juego de ataque.
Y la exhibición fue brutal con tres goles de Iago Aspas. El primero llegó con un lanzamiento cruzado; el segundo, tras un error monumental de David Soria, que falló cuando quiso despejar un centro lateral raso; el tercero, tras una gran pared con Brais y recoger el rechace de Soria.
Aspas, icono del celtismo actual, tumbó al Sevilla, que entre gol y gol desperdició alguna oportunidad de Sandro y Ben Yeddur.
El Celta viajó con ritmo de crucero hacia el final, con el partido controlado, con la posibilidad de agudizar la herida andaluza, pues rozó el quinto gol, con un tiro del canterano Brais Méndez, que se encontró con una buena parada de Soria, o con un contragolpe final de Iago Aspas, el héroe de Balaídos, que allana con goles su camino hacia el Mundial de Rusia y mantiene vivo el objetivo europeo del Celta.