Hace un año, el 15 de febrero de 2023, salía a la luz el mayor escándalo de la historia en el arbitraje y en el fútbol español: el 'caso Negreira'.

Se destapó la investigación de la Fiscalía a José María Enríquez Negreira, exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), por pagos recibidos por parte del FC Barcelona que terminaron por ascender, de momento, a los siete millones y medio de euros entre 2001 y 2018.

Cabe recordar que los pagos a Negreira comenzaron con Joan Gaspart, prosiguieron con la presidencia interina de Enric Reyna, subieron con Joan Laporta y se mantuvieron con Sandro Rosell y Josep María Bartomeu.

El caso, que aún se encuentra en fase de instrucción, busca esclarecer si existía la intención de influir en la actuación de los colegiados, mientras que el conjunto azulgrana justifica esos pagos por informes técnicos sobre arbitraje y 'scouting'.

Las semanas posteriores a que saliera la noticia fueron frenéticas: el árbitro Xavier Estrada Fernández presentó una querella, LaLiga, la RFEF y el Real Madrid se personaron como acusación particular, la Fiscalía denunció a Josep Maria Bartomeu y Sandro Rosell por los pagos...

En octubre, Laporta fue acusado de cohecho continuado junto a su anterior Junta Directiva, uniéndose a la lista de los Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu, José María Enríquez Negreira, su hijo Javier y los exdirectivos Oscar Grau y Albert Soler, aunque en noviembre la Fiscalía recurrió a la imputación al concluir que sus posibles delitos habrían prescrito en julio de 2020.

Además, después de la declaración de más de una decena de árbitros ante la Guardia Civil, la Fiscalía Anticorrupción se mostró contraria hace unas semanas a imputar al FC Barcelona por cohecho.

¿A qué penas se enfrentan?

El actual presidente del FC Barcelona, al igual que los imputados anteriormente nombrados, se enfrenta a distintas penas por cohecho, corrupción en los negocios, en su modalidad de fraude deportivo, administración desleal y falsedad en documento mercantil.

En este punto cabe analizar las condenas a las que se podrían enfrentar, eso sí, siempre sin agravantes.

Por un lado, corrupción entre particulares tiene una pena de tres a seis años.

Administración desleal versa de seis meses a tres años, mientras que falsedad documental es de tres a seis años y cohecho, de tres a seis años.

Cabe destacar que el delito de cohecho sería alternativo al de corrupción deportiva. O uno u otro, por lo que el máximo sería de 15 años.

¿Qué pasa con los árbitros?

El juez Joaquín Aguirre considera que de demostrarse la influencia de Negreira sobre el colectivo arbitral para tener una actuación parcial favorable al FC Barcelona, dichos colegiados podrían ser imputados por cohecho y corrupción deportiva.

"No significa que todos y cada uno de los árbitros fueran corruptos, pero sí un grupo de ellos", destaca.

"No debe olvidarse, según ha publicado la prensa, que el hijo del investigado Negreira acompañaba a los árbitros durante su estancia en Barcelona cuando el FC Barcelona jugaba en el Camp Nou", añadió en su auto.

¿Cuál es el siguiente capítulo?

Tras desestimar su alegación por demencia para no declarar, el juez fijó para el 21 de febrero la declaración de Negreira, pero se pospuso al 8 de marzo porque su defensa ha pedido un segundo aplazamiento por tener el abogado otro señalamiento.

Las dos claves

Llegados a este punto, y a falta de conocer la versión de Negreira, queda por esclarecer si la Audiencia de Barcelona acepta la tesis del cohecho en lugar de la corrupción deportiva, como defiende el juez instructor, Joaquín Aguirre.

Si eso ocurre, los pagos por sí solos, sin que Negreira hiciera nada a cambio, constituirían delito y las condenas estarían aseguradas.

Además, se investiga el destino del dinero, los 7,5 millones de euros pagados entre 2001 y 2018. Negreira y sus trabajadores sacaban el dinero en efectivo pero él no experimentó incrementos patrimoniales, según Hacienda. Ese es el gran misterio del caso.