La afición del PSG ni perdona ni olvida. Al menos, a pocos días de la derrota, dolorosa derrota, del equipo francés ante el Real Madrid en Champions League cuando llegaron a tener una ventaja de dos goles a falta de tan solo 45 minutos. La hinchada gala, que ya pidió a través de un grupo ultra la dimisión de Al-Khelaifi, ha cargado, con pitos, contra todos sus jugadores.

O, más bien, contra casi todos sus jugadores, pues Kylian Mbappé, silbado en algunos momentos al comienzo de temporada por su escarceo con el Real Madrid, se ha salvado de la escabechina parisina en el duelo ante el Girondins de Burdeos.

El punta, autor de los dos goles ante los blancos, recibió una buena ovación en un, en otro, mensaje a la zona noble del PSG. El motivo, que termina contrato en apenas tres meses y ni rastro de una posible renovación.

Al resto, Messi y Neymar incluidos, pitada. Pitada por la eliminación en Champions, una que duele en París más que la sufrida ante el Barça en el Camp Nou por todo lo invertido y por el enorme número de estrellas que hay en el Parque de los Príncipes.

Una ha pagado los platos rotos de lo sucedido en el Santiago Bernabéu. Fue Donnarumma, que se sentó en el banquillo ante el cuadro de Burdeos para que fuese Keylor Navas el ocupante del arco de los de Pochettino.

El técnico galo reconoció que desde lo sucedido ante el Real Madrid le cuesta dormir... y no parece que la Ligue 1, que tienen más que encarrilada, sea suficiente para recuperar el sueño.

Valga como ejemplo una pancarta que decía 'PSG, me aburro', en el partido disputado ante el Girondins.