Se veía que iba a ser una tarde grande en el Villamarín. Una tarde de partido importante. De partidazo. De ver frente a frente a dos equipos de buen fútbol. De buen gusto. De ver frente a frente a Betis y a Real Madrid. Y sí, dieron lo que prometieron que iban a dar en un duelo a 90 minutos que acabó en tablas y que bien pudo llevarse cualquiera de los dos contendientes.

Porque se lo merecieron. Los dos merecieron ganar. Y como así es como fue al final ni uno ni otro se fueron a casa con los tres puntos. Se fueron, eso sí, sabiendo que más no pudieron hacer para cosechar un triunfo que hasta el final estuvo más que en duda con un Isco que cabeceó al palo y con un Joselu que remató fuera por poco.

Pero ni uno ni otro pudieron poner la bola en las mallas. Ni uno ni otro pudieron emular a Bellingham y a Ruibal. A los autores de los tantos del Villamarín. De dos goles, dos golazos. Sí, otro más de Jude. Otro más del que salió del verde como MVP del encuentro.

El 12 de Jude

Antes de la hora ya había marcado. Su gol 12 en el torneo. En su primer año en LaLiga. En su primer año con el Real Madrid. La jugada la empezó él prácticamente. De la nada. Jude encaró, se la puso a Brahim e inició el desmarque. La máxima del fútbol. Pase y movimiento. Y gol.

Porque el ex del Milan conectó con el inglés en un pase perfecto que le dejó completamente solo frente a Rui Silva. Con la calma, Bellingham la puso en las mallas.

Pero el Betis no se quedó atrás. No se vino abajo. Y menudo golazo que Ruibal regaló a los presentes al Villamarín. Desde la frontal del área, derechazo directo a la escuadra del hoy titular Lunin.

Trallazo de Ruibal para el 1-1

Imparable. Completamente imparable para el arquero ucraniano. Y todo como al comienzo. Todo con empate. Todo con 1-1 a falta de 24 minutos para el final. Fue una reacción rápida del Betis, una ante la que trató de responder el Real Madrid.

Y a la que trató de poner continuidad el equipo de Pellegrini. Porque ocasiones hubo. Porque fútbol hubo. Porque ni uno ni otro parecían querer conformarse con el puntito que iban a terminar sumando. Porque bien saben que, al final, todo cuenta en LaLiga.

Más cuando luchas por conquistar el título, porque el Girona puede ser líder en solitario de ganar al Barça. Porque el Barça puede cercar al Real Madrid de ganar al Girona. Y porque el Atlético, que aún tiene un partido por jugar, puede sumarse a la fiesta.