San Mamés se vistió de gala para recibir al Real Madrid. 49.316 espectadores, récord del estadio, presenciaron un auténtico partidazo entre Athletic y Real Madrid. Y para su disfrute, el partido gozó de muchísimas ocasiones de ambos equipos, pero en estos casos, tener a Karim Benzema es un factor determinante.

El inicio de los bilbaínos fue fulgurante. Courtois tuvo que intervenir para evitar un nuevo mal comienzo para los madridistas e Iñaki Williams no logró acertar en un disparo cruzado. Y, poco después, llegó la réplica de los blancos. Benzema avisó primero para no perdonar después. En un centro lateral de Valverde, Asensio dejó el balón muerto dentro del área y el francés, con la pierna mala y en un difícil escorzo para rematar, marcó.

El tanto del actual Balón de Oro dio inició a un 'correcalles' en el que un equipo replicaba la ocasión del otro. Nacho ejemplificó el partido salvando un gol y casi anotando otro en jugadas consecutivas. Marco Asensio tuvo la posibilidad de sentenciar, pero su disparo cruzado salió por poco y dio la oportunidad de creer al Athletic.

Los rojiblancos, agitados por los cambios de Ernesto Valverde, tuvieron el empate en las botas de los hermanos Williams. De hecho, por unos segundos Iñaki había puesto el empate, pero el línea señaló un fuera de juego posicional de Guruzeta que estorbó a Courtois y provocó que el belga dejase a placer el balón para que rematase el '9' bilbaíno.

Y tras el susto, llegó la réplica definitiva del Real Madrid. En una gran jugada de Rodrygo, el brasileño envió el esférico a Kroos para que el alemán, de primeras, batiera por bajo a Unai Simón y certificara la victoria. Una victoria que permite al club de Chamartín mantener la diferencia de tres puntos con el líder, el Barcelona.