Fue una noche de tensión en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid pasó de ronda en Champions League, sí, pero hubo muchos momentos de incertidumbre. Porque el Leipzig fue mejor y porque la prórroga, en algunos momentos, no estuvo lejos. La conexión entre Vinicius Jr y Jude Bellingham calmó las aguas en el feudo blando (1-1).

Cambió Carlo Ancelotti el sistema. Sentó a Rodrygo Goes y volvió a colocar a Fede Valverde en banda derecha. Cuatro centrocampistas y dos atacantes con Bellingham y Vinicius Jr. Buscaba más control el entrenador italiano, tratando de proteger el resultado de la ida.

Pero sufrió el Madrid en el primer acto. Apenas amenazó la portería de Gulacsi y Lunin sí se tuvo que emplear a fondo. Porque el Leipzig llegaba, sobre todo con transiciones rápidas. Openda fue el futbolista más peligroso del cuadro de la Bundesliga.

Dos disparos se le marcharon desviados al 17 del Leipzig. El otro lo detuvo Lunin. Y el Santiago Bernabéu mostraba su enfada con el pitido al descanso. Su equipo apenas estaba generando demasiadas ocasiones de ataque y la ventaja era mínima, de un solo gol.

Y Ancelotti cambió el plan ya en el tiempo de descanso. Metió a Rodrygo en el campo y sentó a Camavinga. Por lo que Valverde volvería al eje y el Madrid recuperaría el sistema de tres atacantes. Algo más habitual para el conjunto de Chamartín.

Siguió mostrando mucha más intensidad el equipo visitante. Se desesperaba Vinicius, que se jugó la tarjeta roja en un encontronazo con Lukeba. Rodrygo, que apareció como revulsivo, tuvo la más clara. Necesitaba el Madrid estirarse en lo ofensivo.

Y ahí encontró el Madrid su momento. A la contra, entre Bellingham y Vinicius, anotaron el primero de la noche. Gran pase del británico y el 7 definió a la escuadra de la portería. Era el gol de la tranquilidad para los blancos, que lo habían pasado muy mal hasta la fecha. Pero la alegría apenas duró un par de minutos. Volvía a atacar el Leipzig... y encontró el empate. Orban remató en el área y perforó la portería de Lunin. Otra vez a un gol el cuadro alemán de igualar la eliminatoria.

Siguió atacando el combinado visitante, buscando ese gol que forzara la prórroga. Todo el juego se concentraba en el campo del Madrid. Incluso Dani Olmo se encontró con el larguero. Pero los de Ancelotti resistieron. Eso sí, tuvieron que sobrevivir en una noche de mucha tensión en el Bernabéu.