Un entrenamiento atípico. Así volvió el Bayern de Múnich al trabajo en mitad de la pandemia por el coronavirus. En grupos reducidos de tres o cuatro jugadores y con una directriz clara: mantener la distancia de dos metros.

Cada futbolista fue citado de manera escalonada. Algunos de ellos como Jerome Boateng acudieron con mascarilla.

Otra de las medidas llevadas a cabo por el club fue la de prohibir a sus jugadores ducharse en las mismas instalaciones. Al acabar el entrenamiento, todos recogían sus pertenencias y se marchaban a casa en sus vehículos.

El entrenamiento del equipo dirigido por Hans-Dieter Flik transcurrió de una manera muy llamativa. Los futbolistas se ejercitaban de manera escalonada, siempre en grupos de tres o cuatro, y manteniendo la distancia recomendada para evitar un posible contagio.

Todos ellos realizaron trabajo específico, con ejercicios más propios de pretemporada: carrera continua, movimientos suaves con el balón o lanzamientos a portería.

El Bayern intenta volver a la normalidad en medio de una pandemia que ha obligado a detener casi todas las competiciones deportivas a lo largo de todo el mundo.

A pesar de que en Alemania el confinamiento no es total, como si ocurre en España, la Bundesliga también paró hace semanas y los equipos cancelaron sus entrenamientos. Este lunes el Bayern fue el primero en regresar al trabajo.