Este Barcelona nada tiene que ver con el de Ronald Koeman. Xavi Hernández ha conseguido que su equipo presione, toque con velocidad y, lo más importante, tenga mucha efectividad en el ataque. Ante el Nápoles, en su mejor partido fuera de casa en Europa en los últimos años, anotó cuatro goles. Tres de ellos en unos primeros 45 minutos sobresalientes.

Fueron los mejores momentos de este Barça desde que Xavi Hernández se hiciera cargo del banquillo culé. Presión alta, dinamismo con el balón y, sobre todo, efectividad. Eso provocó que el marcador reflejara un claro 1-3 cuando el colegiado señaló el descanso del encuentro.

Fue uno de los fichajes de invierno quien provocó el primer gol. Esa carrera de Adama Traoré a todo campo, tan característica suya, hizo que Jordi Alba pudiera definir a placer ante el portero. Sólo habían transcurrido 9 minutos. Instantes después Frenkie de Jong firmó una maravilla con un disparo colocado a la escuadra.

Tras el susto del gol del Nápoles, con error grave de Ter Stegen provocando un penalti absurdo, Piqué hizo el tercero con un disparo desde dentro del área después de un rechace de la defensa local. El estadio Diego Armando Maradona, muy enfadado, pitó a los suyos en el camino a vestuarios.

Y el Barça no dejó de pisar el acelerador al regresar. Fue Aubameyang, que había marcado un hat-trick en Valencia, quien hizo el cuarto. Fue en un chut de primeras en el área que colocó perfecto a la escuadra. Ha llegado con muchas ganas el que fuera delantero del Arsenal, que no contó con oportunidades en sus últimos meses en Londres.

Politano hizo el 2-4 definitivo casi en el descuento. El Barça sigue vivo en esta competición y este mismo viernes conocerá su nuevo rival. El cuadro de Xavi comienza a funcionar como él quiere. Y todavía quedan muchos meses de temporada.