El Liverpool actual está de nuevo en primera plana del fútbol continental aunque se le siga resistiendo la Premier League.

De hecho, bajo esta denominación no ha ganado ningún título y el último liguero data de 1990, aunque en el largo camino ganó la 'Champions' de 2005 con la increíble remontada al Milan cuando perdía 0-3 al descanso y jugó la final de 2007, esta vez con derrota ante los 'rossoneri'.

Ahora, los 'reds' vuelven a ser peligrosos con la llegada al banquillo de Juergen Klopp.

El carismático técnico alemán ha trasladado el equipo inglés lo que convirtió al Borussia Dortmund en un equipo de nivel y en su currículum ya está haber dejado fuera al Real Madrid, precisamente con el conjunto 'borusser' en las semifinales de 2012-2013, tras golear 4-1 en el Signal Iduna Park y aguantar en el Bernabéu (2-0).

El preparador germano apuesta por su conocido fútbol vertiginoso, que encaja perfectamente con la filosofía del fútbol inglés y que está ayudado por un tridente ofensivo que es el que le ha llevado hasta esta final, liderado por el considerado delantero de moda.

Y es que el egipcio Mohamed Salah está firmando una descomunal temporada y es el principal peligro 'red', con 43 goles este curso.

A su lado, el brasileño Roberto Firmino y el senegalés Sadio Mané completan un trío atacante muy poderoso y veloz que es la mayor fortaleza de este Liverpool.

Flojea más atrás y en la portería y en el centro del campo pone la intensidad que lidera su capitán, Jordan Henderson, y James Milner.

El camino del conjunto de Klopp, que hace dos años perdió la final de la Liga Europa contra el Sevilla, en esta Liga de Campeones ha sido muy firme, sin conocer la derrota hasta el sufrido 4-2 en el Olímpico de Roma con el que avanzó a la final.

Después de superar en la previa al Hoffenheim alemán, en la fase de grupos, donde coincidió con el equipo hispalense, empatando ambos encuentros (2-2 en Anfield y 3-3 en el Sánchez-Pizjuán pese a ir ganando 0-3), concluyó primero con 23 goles a favor tras hacerle sendos 7-0 al Maribor, a domicilio, y al Spartak, en casa.

Posteriormente, en el cruce de octavos, zarandeó al Oporto portugués, al que sentenció ya en la ida en Do Dragao con un demoledor 0-5, para luego empatar sin goles en Anfield, mientras que en cuartos, Klopp le volvió a tomar la medida a Pep Guardiola, eliminando al Manchester City tras ganar 3-0 en su estadio y por 1-2 en el Etihad.

Ante la Roma, vivió de las rentas por el 5-2 de la ida, perdiendo parte de la contundencia que querrá recuperar para la final.