A Ansu Fati le espera un futuro de goles, filigranas y ovaciones de un Camp Nou que de momento tendrá que esperar para poder aplaudir a su perla. Un futuro que, a pesar de sus 17 años, puede haberse convertido en presente. El jovencísimo extremo fue ante el Leganés la única amenaza en ataque de un Barcelona en el que primó el ritmo lento y apático. Leo Messi sentenció el choque en el segundo acto tras dejar atrás a todo rival que se le cruzaba y forzar un penalti.

Él, Fati, fue el primer goleador y él fue el más activo en los 55 minutos que le dio Quique Setién en el día que regresaba a la titularidad. Junto a Leo Messi y un Antoine Griezmann que sigue desorientado, el juvenil volvió a desprender su magia. Activo, tanto en la banda como en la mediapunta, aprovechando siempre que 'La Pulga' caía al costado y dejaba libre el carril central.

Todo ello en medio de una semana en la que se había hablado de una oferta millonaria procedente del Manchester United. Según varios medios británicos, el equipo de los diablos rojos estaría dispuesto a pagar incluso más de 100 millones de euros por el joven talento. Una cantidad que, en todo caso, seguro que desde las oficinas del Camp Nou ven insuficiente para un futbolista que genera tantas expectativas. Porque Fati es futuro… y mucho presente.

Y es que el canterano salió al rescate del cuadro culé en una primera parte en la que pudo ir perdiendo… incluso por dos goles. Guerrero, único punta de un Leganés muy bien ordenado defensivamente, dispuso de dos ocasiones cruciales. Clement Lenglet, novedad en el once de Setién, evitó el tanto bajo palos. Fue la más clara de un cuadro pepinero que sigue acusando la falta de gol tras la marcha de En-Nesyri y un Martin Braithwaite que no dispuso de minutos.

No cambió el guion tras el paso por los vestuarios. Y tuvo que ser Messi (como siempre) el que apareciera para ponerle chispa al partido. Asomó en tres cuartos de campo y superó a cada rival de azul que le impedía el paso. Todo ello hasta forzar un penalti dudoso que el VAR tardó varios minutos en conceder. No perdonó.

Con Luis Suárez todavía recuperando la forma tras varios meses de lesión, Messi ve en Ansu Fati a su socio primordial de cara a las nueve jornadas que restan para el final de LaLiga. Con Griezmann otra noche más ausente (le anularon un gol por fuera de juego anterior de Semedo), el argentino mira al juvenil como una garantía. No le queda otra.