Triste fue la despedida para una de las grandes leyendas del fútbol femenino. Megan Rapinoe, que jugaba su último partido como profesional en las filas del OL Reign, se marchó del campo entre lágrimas tras caer lesionada de gravedad en la final del NWSL ante Gotham. Final que, además, su equipo perdió.

Tres minutos pasaron desde que se señaló el comienzo cuando la dos veces campeona del mundo resbaló. Cuando se fue al suelo. Cuando, a pesar de intentar seguir en el verde, se tuvo que marchar cojeando y entre lágrimas, necesitando la ayuda de su equipo médico.

"Estoy bastante segura de que me he roto el tendón de Aquiles", dijo en la retransmisión de la 'CBS'.

"No es como imaginé, definitivamente"

Y sigue: "Definitivamente no es como había imaginado..."

"Gracias a todos los que estuvieron todo este tiempo en este viaje. Ha sido increíble", dijo para despedirse.

Luego, tan solo un 'pero': "No habría escrito nada de manera diferente, quizá solo al margen de esto".

"Estoy orgullosa de toda mi carrera, y agradecida por lo que me ha dado", sentencia Rapinoe.