A falta del carácter decisorio para el campeonato que tienen los clásicos, el partido del próximo domingo entre el Barcelona y Real Madrid reúne una serie de alicientes, seguramente más para los azulgrana que para los madridistas, que tienen todas sus miras puestas en la final de la Champions.
Por ese motivo, Zinedine Zidane podría plantearse reservar jugadores para evitar problemas físicos, aunque aún quedan tres semanas para el partido de Kiev (Ucrania) ante el Liverpool.
El Barça, cerrado el campeonato la semana pasada en Riazor (2-4), tiene otros alicientes. Será el último partido de su capitán Andrés Iniesta, que ya ha anunciado su adiós del equipo al término del presente curso.
Si finalmente juega Iniesta -tiene molestias musculares en el sóleo-, el albaceteño habrá disputado su clásico numero 38, los mismos que Messi, por ejemplo. Mantener la racha de imbatibilidad es uno de los principales argumentos para el Barça.
Los de Ernesto Valverde ya tienen el récord de la Liga Española y llevan 41 jornadas invicto, 34 en el presente campeonato y siete de la anterior, con lo que si finalizan laLiga sin perder sumarán 45 partidos, un récord de mucho valor ya que firmarían una Liga perfecta.
También Leo Messi tiene el aliciente de poder asegurarse la Bota de Oro en estos cuatro partidos que restan para el final del Campeonato (Real Madrid, Villarreal, Levante y Real Sociedad).
Con el triplete conseguido en Riazor, el argentino suma 32 goles en 34 partidos, con lo que supera a Salah (31), Immobile (29), Lewandowski (28), Cavani (27), Icardi (27) y Kane (27), todos ellos tienen que jugar menos partidos de sus campeonatos domésticos que el barcelonista.
Más fácil es que Leo Messi consiga su quinto trofeo 'pichichi', ya que con los 32 goles que ha conseguido aventaja en ocho al segundo, el madridista Cristiano Ronaldo.
Otro de los alicientes es que Marc André ter Stegen pueda conseguir el trofeo Zamora como portero menos goleado de la Liga, pero este objetivo es más complicado. Ahora el alemán ha encajado 21 goles, tres más que Oblak (Atlético de Madrid), que además fue reservado por Simeone para la Liga Europa con lo que asegura este galardón individual para el meta esloveno.
En el caso de victoria del Barça en el clásico, los azulgrana conseguirían aventajar al Real Madrid en 18 puntos y si mantienen esta diferencia hasta el final del campeonato sería de las máximas de la historia.
Hasta ahora la máxima diferencia para los azulgrana la consiguieron en la temporada 1984-85. Con Terry Venables en el banquillo, el Barça ganó la Liga (con victorias que valían dos puntos) con 17 puntos de ventaja sobre los blancos que fueron quintos.
En la 1973-74, liderados por Johan Cruyff, los azulgrana ganaron el título con 16 puntos de ventaja sobre el Real Madrid, la misma que la lograda en la 1947-48 por aquel Barça con Enrique Fernández en el banquillo.
Más recientemente, el Barça de Tito Vilanova (2012-13), que sumó 100 puntos en el Campeonato liguero le sacó quince puntos al Real Madrid de Jose Mourinho.