Hay una imagen que ya es icónica en el madridismo: David Alaba levantando la silla en uno de los goles que marcó Karim Benzema ante el PSG en la remontada de la Champions League.
Ahora en la Supercopa de Europa, el central volvió a hacerlo. Y lo hizo en forma de gol. Fue el goleador del equipo blanco ante el Eintracht de Frankfurt.
El Madrid se lleva el primer título del año en esta pretemporada. Un duelo que siempre es difícil en pleno agosto. Lo notaron los blancos, que tardaron en entrar en el partido con el ritmo lento. Primero apareció Thibaut Courtois para hacer la parada de cada partido.
Después, Vinicius. El brasileño ha vuelto enchufado. Volvió a sacar sus galopadas por la izquierda. El guardameta, Trapp, evitó hasta en dos ocasiones que marcara tal y como hizo en la final de la Champions League ante el Liverpool.
Y finalmente Alaba. En un córner, tras un envío de Casemiro que ganó un balón aéreo, el central definió a placer para marcar el tanto que adelantaba a los de Carlo Ancelotti en el Olímpico de Helsinki.
Benzema dejó el partido muerto y aprovechó para superar a Raúl González convirtiéndose en el segundo máximo goleador de la historia de los blancos: 324 goles. La asistencia, por cierto, de Vinicius. Una más. La asociación que forman va camino de ser legendaria.
Con ese resultado el Madrid ya se gustaba. Jugadas de muchísimos toques, internadas de Vinicius y Rodrygo... y la magia de Benzema. Hubo tiempo para el debut de Tchouameni y Rudiger, aunque con apenas cinco minutos.
Todo le salió a la perfección al Madrid, que comienza la temporada con un título. Alaba ya puede levantar otra silla.