Este fin de semana el fútbol francés ha estado marcado por las despedidas de Sergio Ramos, Leo Messiy el vergonzoso acto de violencia que se vivió en el partido entre el Ajaccio y el Olympique de Marseilla.

El conjunto de Marsella invitó al estadio François Coty a Kenzo, un niño de 8 años con un tumor cerebral. El joven perderá la vista en unos días, y es un seguidor del equipo de Igor Tudor, por lo que el Olympique le concedió el privilegio de estar cerca de su equipo.

Sin embargo, la violencia el fútbol se cruzó con lo que iba a ser un gran día para Kenzo. Sus padres y él fueron víctimas de una agresión de los hinchas del Ajaccio. Era un grupo de unos 15 radicales que vieron al niño con la camiseta del Marsella y, según relató su madre, "se la arrancaron y la quemaron".

"Eran quince, así que no pude hacer nada. Me pasaron por encima, abrieron la puerta del camerino, le dieron dos puñetazos en la cara a mi marido, empujaron a mi hijo, que se cayó y se golpeó toda la cara con la barra de hierro del asiento", lamentó Amandine, la madre de Kenzo.

Ante estos incidentes, la Fiscalía de Ajaccio ha abierto una investigación para condenar los lamentables hechos sucedidos e identificar a los responsables de la agresión. El presidente del Ajaccio, Alain Orsoni también destacó que denunciará lo ocurrido, calificándolo como "horrible": "Desde que supe lo que había pasado, he estado llamando para arreglar todo esto", dijo.

"El pequeño ya había venido a nuestra casa hacía 15 días, lo habíamos recibido con todo respeto por la difícil situación que atraviesa, somos muy sensibles a eso, el sábado por la noche, después de atenderle, lo llevamos al vestuario y pudo ver a sus ídolos", explicó el dirigente del club francés.

Uno de los admirados por el pequeño Kenzo es el exjugador del Arsenal, e internacional con Francia, Guendouzi.