Muchas miradas estaban puestas en Cibeles. La fuenta de la diosa, lugar de celebración habitual del Real Madrid, estaba preparada para la posible visita en masa de seguidores blancos tras la 34 Liga de su equipo. Pero, a diferencia de los sucedido en otros casos, no hubo fiesta alguna.

Ni concentración masiva de aficionados en estos duros tiempos de coronavirus. Tras las imágenes en Vitoria, Nápoles y Cádiz, estas últimas muy recientes, el club blanco mandó todo aviso posible a su afición para que no acudiera a Cibeles a celebrar LaLiga. Y sí, su respuesta fue ejemplar.

Porque no fueron. No pusieron en riesgo ni sus vidas ni las de los demás a pesar del momento de júbilo que se vivía tras una más que trabajada Liga. A pesar de que a buen seguro tenían ganas, los madridistas escucharon a las autoridades sanitarias y al Real Madrid, y celebraron tranquilamente su título.

En Cibeles, que ni siquiera estaba cortada al tráfico, lo más que se vio fue a multitud de coches pasando por la fuente y haciendo sonar el claxon con las banderas con el escudo del Real Madrid en sus ventanas.

Y es que tomaron buena nota de la masiva afluencia de, por ejemplo, aficionados del Cádiz en los alrededores del Ramón de Carranza para recibir a su equipo. También de las concentraciones, menos numerosas, que hubo una vez consumado el ascenso gaditano.

Toda precaución es poca y muy de agradecer es por todos y todas la actitud de la afición del Real Madrid, y también del club blanco y de sus numerosos avisos a su hinchada.

Los blancos tienen ya en sus vitrinas su Liga número 34, que sirve para desempatar el palmarés con el Barcelona y para que Lionel Messi haya mandado un aviso más que claro a su equipo.