Mucho ha cambiado el Atlético desde que Diego Simeone se hiciera cargo de él hace ya casi ocho años. El argentino cogió a un equipo hundido tanto anímica como futbolísticamente con Manzano para, casi con sus mismos jugadores, ganar una Europa League, una Copa, una Liga y ser finalista de Champions. Sin embargo, él y su fútbol no han cambiado, y el 'unocerismo' empieza a cansar a la ahora grada del Metropolitano.

Porque el presupuesto ha crecido. Porque los salarios también han crecido. Y porque los jugadores son mejores a priori que los que tenía él en su momento al llegar. Sin embargo, el Cholo sigue anclado en el resultadismo y eso está pasando factura a un equipo que está diseñado para algo más que para jugar con el crono y con el marcador. Ante el Valencia, otra vez, ha dado una lección de 'cholismo' que le ha salido mal.

Sus cambios, otra vez, desacertados en su idea y en su forma. Más incluso los dos primeros que el tercero, pues se veía venir en cuanto el Valencia estaba atacando, conociendo a Simeone, que iba a dejar de buscar el segundo para guardar el 1-0. Morata se fue para que saliera Llorente, y el karma le pasó factura con Joao Félix, lesionado, que dejó con diez a su equipo durante muchos minutos. Lejos de asegurar el mediocampo o de fortalecerlo, dio alas al Valencia.

Doble cambio... y Joao lesionado

Todo porque, antes del minuto 55, decidió sacar del campo a Thomas y a Mario Hermoso. Lo del primero se entiende, pues tenía amarilla. Lo del segundo se entiende menos, porque apenas ha jugado y estaba libre de amonestaciones. Con ambas sustituciones, más la posterior de Morata, Simeone se quedó sin cambios.

Antes de la lesión de Joao ya se veía venir cómo iba a continuar la 'fiesta' que el Cholo quería dar a la afición del Atlético. Los rojiblancos, que estaban jugando bien y a los que solo la mala puntería privó de marcar algún gol más, se fueron echando hacia atrás, retrasando la línea de presión y dejando jugar al Valencia cerca de Oblak. Para buscar la contra, pero la contra no llegó.

Sí que lo hizo el gol del Valencia. Obra de Parejo, que se sacó de la manga un tanto de bandera con un lanzamiento de falta magistral. La tocó Oblak, pero no fue suficiente. Los rojiblancos, groguis, pudieron sufrir un mal mayor de no ser por una gran parada del esloveno, y tan solo la roja por VAR a Kang-In, y el parón que ello supuso, les despertó de la modorra.

Fue una jugada aislada, pero esa jugada aislada puede suceder. Sucede más cuando en vez de ir a por el rival dejas que sea él quien vaya a por ti para darle la última estocada con un contragolpe. Viendo la efectividad de los delanteros puede no ser buena idea jugar a eso, pero peor idea parece ser racanear con la gran variedad de piezas ofensivas que tiene el Atlético.

¿Fallo en la dirección deportiva?

Porque no son los mismos jugadores, y puede ser que Simeone se sienta más cómodo con los que tenía que con los que tiene. De ser así, la dirección deportiva es la responsable de fichar a futbolistas tipo Vitolo, Lemar o Joao Félix y no a otros más del corte Cholo como Tiago, Gabi y Raúl García.

Sea como sea, la inmunidad de Simeone cada vez se resquebraja más. La afición sabe que este equipo puede dar mucho más de sí que los escasos 8 goles a favor que llevan en nueve partidos.