La selección masculina de waterpolo emuló a la femenina y logró la clasificación para la final del Campeonato del Mundo que se está disputando en Gwangju (Corea del Sur) después de batir a Croacia por 6-5, consiguiendo también el billete para estar en los Juegos de Tokio del año que viene.

El waterpolo nacional sigue brillando en la cita y después de que el combinado femenino derrotase a Hungría para meterse en su tercera final en las últimas cuatro ediciones, el masculino no quiso ser menos. Tenía ante sí quizá un reto de más exigencia ya que enfrente tenía a la actual campeona del mundo, pero el equipo de David Martín rayó a un nivel sensacional, maniatando todos los argumentos atacantes de su rival.

España venía con moral tras eliminar a Serbia en cuartos, pero el seleccionador ya había advertido que ahora tocaba "el 'coco'. Y la actual subcampeona continental no se asustó, demostrando que parece haber encontrado de nuevo su rumbo y poniendo fin a diez años de espera para jugar una nueva final mundialista tras la perdida en Roma en los penaltis.

El Europeo de Barcelona, la Liga Mundial y la Europa Cup habían dejado claro el buen trabajo de David Martín, que de nuevo encontró la fórmula para neutralizar a los peligrosos croatas. Estos se vieron minimizados en su ataque, siempre perturbada por un bosque de brazos que le bloqueó ocho lanzamientos, con mención especial para Felipe Perrone. Y cuando encontraron portería, apareció el veterano Dani López-Pinedo para amargarles.

España siempre fue por delante en el marcador gracias a esta actitud defensiva y que le permitió escaparse con una buena ventaja de cara a los ocho minutos finales. Croacia anotó solo dos goles en los primeros tres cuartos y su reacción final llegó tarde para impedir que la selección española se clasificase para su sexta final mundialista donde espera Italia, que pudo con Hungría (12-10), en lo que será una reedición de la semifinal del pasado Europeo con triunfo 8-7 del combinado nacional.

Felipe Perrone y Blai Mallarach pusieron el 2-0 aprovechando bien dos superioridades y desde entonces los croatas fueron por detrás, incapaces de sacar partido a sus superioridades numéricas (3/13) por el gran trabajo de su rival. Alberto Munárriz provocó el primer despegue antes del descanso, pero el nacionalizado Xavi García recortó para mantener cerca a los suyos.

En el tercer cuarto vino la mejor versión de los de David Martín. Croacia no encontró la fórmula arriba y los tantos de Mallarach y de Alberto Granados de penalti acercaban la final (6-2). España pudo abrir más brecha, pero no lo consiguió y compensó su falta de goles en el cuarto final con otra demostración defensiva y de portería que evitó un susto cuando los croatas se acercaron con minuto y medio para el final.