Dan Palmer ha vuelto a demostrar que, en el deporte, la homosexualidad es un tema prohibido. El exjugador de rugby, que llegó incluso a ser internacional con su selección y jugó en equipos del Super Rugby como los Brumbies y Waratahs, ha escrito una impactante carta en el 'The Sydney Morning Herald' en la que revela el infierno por el que pasó.

Todo, por ser gay y dedicarse al deporte de élite: "No exagero si digo que mi muerte era preferible al hecho de que alguien descubriera que era gay".

"Fantaseaba con la opción de desaparecer, con cambiar mi nombre. Con empezar una nueva vida", dice, admitiendo que para poder dormir tenía que recurrir incluso a las drogas.

A los 25 años, en Francia, tuvo una sobredosis por el consumo de analgésicos, y ahí decidió dejar el rugby.

"Mi pasión por el deporte iba cayendo. Comencé a sentir remordimiento. Estaba malgastando los mejores años de mi vida en pretender ser alguien que no era", cuenta.

Palmer habla sobre cómo era capaz de llegar todo esto: "Me ponía agresivo, a la defensiva, si sentía que perdía el control de la situación. Tenía tácticas, las usaba para sobrellevar ciertos temas y para evitar otros. En mí había un gran sentimiento de culpa".

"Me enferma saber que en 2020 hay personas que siguen torturándose a sí mismas al igual que hacía yo. Tenemos que ser mejores, tanto dentro como fuera del deporte", termina Palmer.

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