Tras largas jornadas de búsqueda se han confirmado las peores noticias. En la mañana del miércoles, un guardia civil fuera de servicio encontraba en las proximidades del pico madrileño de la Peñota el cuerpo de una mujer que, según la primera inspección ocular, pertenece a Blanca Fernández Ochoa. Se ponía fin así a un dispositivo de búsqueda que llevaba activo desde que, el pasado fin de semana se alertó de la desaparición de la esquiadora, de 56 años y madre de dos hijos

Según ha podido saber laSexta, Fernández Ochoa llevaría fallecida más de una semana. Así lo apuntan los primeros indicios recabados por los investigadores, que detallan que el cadáver tenía claro síntomas de descomposición, aunque será la autopsia la que determine el momento exacto y las causas de la muerte.

El dispositivo policial llevaba varios días barriendo la zona y finalmente ha sido un guardia civil fuera de servicio que iba con su perro quien ha encontrado el cuerpo en la zona del Pico de la Peñota, en la sierra de Guadarrama, con una altura de 1.945 metros y que, sin embargo, no es una zona de orografía complicada.

Manu Marlasca, jefe de Investigación de laSexta, apunta que la Policía iba a comenzar a trabajar en ese área esta misma tarde porque un vecino avisó de que se encontró con Blanca Fernández Ochoa el día 24 y le dijo que tenía intención de subir hacia allí.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Collado Villalba ya ha levantado el cadáver, que ha sido trasladado al Anatómico Forense para proceder a realizar la autopsia.

La Policía descarta una caída accidental de Blanca Fernández Ochoa

La Policía descarta una caída accidental de Blanca Fernández Ochoa: no se precipitó desde ninguna parte ni voluntaria ni accidentalmente. Según ha podido saber el periodista Manu Marlasca, la inspección tecnicopolicial ha determinado que desde ese lugar no es posible precipitarse. Además, el estado del cadáver impedía cualquier otra valoración, pero las primeras inspecciones descartan que haya podido morir por algún traumatismo.

Miembros de la investigación han encontrado la mochila de Blanca Fernández Ochoa a una altitud de entre 1.600 y 1.700 metros. En ella la medallista no llevaba saco de dormir, algo que apuntó el portavoz de la familia, Adrián Federighi, que sostienía que la exesquiadora, en el momento de su desaparición, portaba también alimentos, además de un trozo de queso que compró en un supermercado.

Otro dato revelador que apunta a que el cuerpo es efectivamente el de la medallista es que en el interior de esa mochila se encontraba el ticket de la visita que hizo a Hipercor el 24 de agosto, cuando fue grabada por las cámaras del centro comercial de Alarcón.

Fernández Ochoa besó la estatua de su hermano y se santiguó antes de salir al monte

La medallista olímpica se cruzó poco antes de su desaparición con un vecino de Cercedilla al que dijo que iba al Pico de La Peñota y, antes de alejarse, dio un beso a la estatua de su hermano Paquito y se santiguó.

Así lo han explicado a EFE fuentes de la investigación, que han detallado que los agentes de Homicidios contaban desde esta mañana con la información de que un vecino de Cercedilla había visto a la esquiadora pocos días después de su desaparición.

A este hombre, de unos 40 años, Blanca le aseguró que se dirigía a esa montaña y al despedirse de él para supuestamente iniciar la ruta le dio un beso a la estatua de su hermano Francisco, que estaba cerca, y se santiguó, según las fuentes. Esta estatua se erigió en Cercedilla en 2006 poco antes de la muerte del medallista olímpico, que aparece con los brazos en alto celebrando un título.

Días de intensa búsqueda por la sierra de Madrid

La Policía Nacional alertó el pasado sábado de la desaparición de Blanca Fernández Ochoa y pidió la colaboración ciudadana ante el alto riesgo de la desaparición. La noticia causó gran revuelo en toda España, que vivió en vilo el dispositivo de búsqueda.

La alerta obtuvo sus frutos, y justo al día siguiente el hermano de la deportista localizó el coche en el que desapareció, un Mercedes clase A negro, en el parking del Parque Nacional de las Dehesas, cerca de Cercedilla, en la sierra de la Comunidad de Madrid.

La hija de la medallista olímpica ya había alertado de que su madre le había dicho que se iba unos días a hacer senderismo. Fue ella misma quien denunció la desaparición de Fernández Ochoa al extrañarle que no se hubiera llevado el móvil y que no diera señales de vida.

Precisamente la zona donde se encontró el vehículo es una localización donde la gente acude para hacer senderismo. Fue en ese momento cuando la Policía Nacional organizó el dispositivo de búsqueda en todo el perímetro del parque.

Desde el primer momento, la Policía descartaba el secuestro como motivo de la desaparición, y en una rueda de prensa los agentes confesaron que barajaban la hipótesis de la desaparición voluntaria y que confiaban en encontrarla con vida.

La propia familia de Blanca Fernández Ochoa también se mostraba optimista y confiaban en que apareciera pronto. Ellos defendían que "la única hipótesis" que barajaban es que "haya sufrido un accidente". Finalmente esta mañana de miércoles ha llegado el trágico desenlace.