Piedras, pinchos y hasta alambres de espino a la altura del cuello. Es lo que están viviendo los ciclistas en los montes de Aguarda, en Pontevedra.

Trampas para evitar que disfruten del deporte, obstáculos colocados en los caminos en busca de hacer daño. Las informaciones apuntan a cazadores de la zona o a propietarios de fincas cercanas.

Una práctica que se ha convertido en habitual en nuestro país. Un ciclista grabó un vídeo hace unas semanas en Segovia denunciando lo ocurrido, también ocurrió en Mallorca.

Trampas peligrosísimas que solo tienen como fin provocar una desgracia.

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