Si ya cuesta hacerlo con una bicicleta, a saber cómo ha debido ser subir el Tourmalet subido... en una pelota hinchable. Eso es, justamente, lo que ha logrado el belga Glenn Valentin, que se propuso dicho desafío para contribuir a una buena causa y que, increíblemente, lo ha logrado.

El triatleta aficionado no lo debió tener fácil. El Tourmalet, lugar legendario del Tour de Francia, está a 2.115 metros de altura y cuenta con una longitud de 18,6 kilómetros. A pesar de que era la primera vez que intentaba algo así, lo logró.

"Es muy duro. Voy a un kilómetro y medio por hora. ¡Me duelen las piernas y los muslos! ¡Y la mente!", reconoció el belga ante la mirada de ciclistas y conductores.

Peor fue cuando, como reconoció, a unos 700 metros de la meta se le pinchó la pelota. Un amigo suyo, que le acompaño durante el ascenso, tenía otras tres de repuesto por si acaso.

"El clima era horrible. Fue difícil, necesité dos horas para hacerlo. Hacía frío. Y me dolían los glúteos y los isquiotibiales. Y las muñecas, el codo y el cuello. Pero mereció la pena por cómo me sentí cuando llegué a la cima", afirmó.

Todo por, como dijimos, una buena causa. El triatleta belga explicó en 'The Bulletin' que está iniciativa tenía como objetivo recaudar dinero para 'Les Petis Princes', una organización que tiene como objetivo cumplir con los deseos de niños gravemente enfermos.