El Tour de Luxemburgo vivió una de las secuencias más surrealistas, y peligrosas, que se recuerdan en el mundo del ciclismo. En medio de una etapa, un camión apareció circulando en dirección contraria y llevando el caos al pelotón.

El pesado vehículo hizo una especie de barricada inexpugnable para los ciclistas que allí se encontraban.

Muchos, además, terminaron cayendo al asfalto con evidentes gestos de dolor en sus rostros.

El resto o bien no sabía qué hacer o bien directamente detuvo la marcha a la espera de que acudiese la seguridad.

Esta hizo acto de presencia para advertir a los corredores del camión y evitar así males incluso mayores a los ya provocados.

No es la primera vez que un vehículo aparece sin que se le espere en una ronda ciclista. En la Lombardía, un coche se llevó por delante a un corredor, y en el Tour de Francia fue una ambulancia la que atropelló a Jungels, del Jumbo.