El 23 de agosto, Blanca Fernández Ochoa le dijo a su hija que se marchaba unos días al norte a hacer senderismo y, posiblemente, el Camino de Santiago, y se dejó el móvil en casa. Desde entonces, sus familiares no han sabido nada más sobre su paradero.

Un día después, el 24 de agosto, las cámaras captaron a la esquiadora comprando víveres en un supermercado del municipio madrileño de Pozuelo. Uno de los responsables de la investigación ha confirmado la existencia de estas grabaciones.

Fue la Policía Nacional la que alertó de su desaparición el 31 de agosto y pidió, a través de las redes sociales, difusión de lo ocurrido para lograr localizarla.

Desde entonces, las labores de búsqueda se han centrado en la zona de Las Dehesas de Cercedilla, en la sierra madrileña de Guadarrama, donde se encontró aparcado el vehículo de la deportista.

Cientos de personas, entre los que se encuentran policías nacionales, policías locales, guardias civiles, bomberos, expertos en zonas de montaña y voluntarios, están trabajando en un amplio dispositivo de búsqueda en la zona mencionada.