El Washington Post ha tomado la decisión de suspender a la periodista Felicia Sonmez después de su tuit sobre la acusación de violación que recayó sobre Kobe Bryant en 2003 tras la muerte del exjugador.

Sonmez compartió el enlace de un artículo publicado en 'Daily Beast' en 2016 con el título 'El extraño caso de violación de Kobe Bryant: la evidencia de ADN, la historia de la acusación y la media confesión'. El periódico alega que la periodista ha tenido "un juicio pobre" al compartir esta noticia.

Las críticas no tardaron en llegar a una Sonmez que borró su mensaje, incluyendo la del hijo de Donald Trump. El caso tuvo lugar en 2003, después de que una recepcionista en un hotel de Colorado le dijese a la Policía que había sufrido una violación por parte de Kobe Bryant, que por aquel entonces tenía 19 años.

Por aquel entonces, el jugador insistió en que su encuentro fue consensuado, reconociendo que ella "no vio el incidente del mismo modo" que él, disculpándose por su actitud. El caso quedó cerrado con un acuerdo económico al que llegaron ambas partes fuera de los juzgados.

Tras varias semanas en las que Bryant acudió a testificar, la acusación retiró la denuncia al haber llegado a este acuerdo. Los Angeles Times estimó que la cantidad que Kobe habría dado a la denunciante sería de unos 2,5 millones de dólares, en los que se incluiría una cláusula de confidencialidad.

Críticas desde el propio Washington Post

Sonmez respondió a las críticas con un mensaje que también ha borrado: "A las 10.000 personas (literalmente) que han comentado y me han escrito con amenazas de muerte y abusos sexuales, por favor, tomad un momento para leer la historia, que fue escrita hace más de tres años y no por mí. Cualquier figura pública merece ser recordada en su totalidad, incluso si esa figura pública es querida".

Tracy Grant, del Washington Post, explica esta decisión: "La reportera de política nacional Felicia Sonmez ha sido suspendida mientras el Post revisa si los tuits de la muerte de Kobe Bryant violan la política de redes sociales del Post. Los tuits demuestran un pobre juicio que hace de menos el trabajo de sus compañeros".

El periodista Erik Wemple, dentro del propio Washington Post, critica la decisión del periódico: "Si los periodistas del Post fuesen suspendidos por tuitear historias de sus rivales, la redacción entera sería suspendida".