"Ha sido el árbitro". En mitad de la celebración, alguien del Barcelona se acuerda del arbitraje. En el vestuario saben que la última jugada ha sido decisiva. La revisan en sus móviles, con Bartomeu comentando "vaya finales, vaya finales".

Mientras tanto, el enfado del Real Madrid se hace evidente. Comienzan a recopilar todas las imágenes sobre esa última jugada, se suceden la reuniones. Primero en el vestuario, minutos después en el despacho de Laso.

Y cuando Florentino se marcha, en el vestuario del barça sigue la fiesta. Una celebración en la que no olvidaron lo ocurrido con el arbitraje.