La liga profesional de baloncesto femenino de los Estados Unidos (WNBA) echó por tierra la solicitud de Elena Delle Donne, jugadora de los Mystics, quien pidió no jugar en la 'burbuja' de Florida debido a una enfermedad que padece.

Se denomina enfermedad de Lyme y la padece desde 2008, año en el que se originó debido a una picadura de una garrapata y que le provoca infecciones bacterianas recurrentes.

Ante la negativa de la WNBA, que ha considerado que la jugadora no es una paciente de riesgo, la MVP del campeonato ha decidido publicar un escrito en 'The Players Tribune' para mostrar su desconcierto ante la decisión del organismo, que le obliga a estar en Florida para poder cobrar su sueldo, o a romper su contrato y renunciar a su salario.

"Tomo 64 pastillas al día, y siento que me está matando lentamente. O si no me está matando, directamente, entonces al menos sé una cosa con certeza: es realmente malo para mí. Es un ciclo interminable, agotador y miserable. Pero lo hago de todos modos. Tomar 64 píldoras al día es la única manera de mantener mi condición bajo cualquier tipo de control. Es la única manera de mantenerme lo suficientemente saludable como para jugar el juego que amo", reza en un primer momento la carta de la ala-pívot de los Mystics.

A continuación, afirma que siente no poder haber ayudado más a los enfermos dada su posición: "Lamento no haber hecho más en el pasado para hablar sobre la enfermedad de Lyme. Es algo aterrador vivir con él, sin embargo, no mucha gente sabe mucho al respecto, y asumo mi parte de responsabilidad por eso. Podría haber estado usando mi plataforma para ayudar a crear conciencia y para mejorar la comprensión. Podría haber estado ayudando mucho más".

Posteriormente, Delle Donne describe su sorpresa cuando se enteró de la negativa de la WNBA a su solicitud: "Vivo con un sistema inmune de alto riesgo. Cuando la liga comenzó a revisar los casos de los jugadores para ver a quién se le debería otorgar una exención de salud de la burbuja (lo que significa que la liga te excusa de jugar, pero no tienes que renunciar a tu salario), ni siquiera pensé que fuera una pregunta si estaría exenta o no. ¡He jugado toda mi carrera con un sistema inmunológico de alto riesgo!".

"El médico que trata mi enfermedad de Lyme escribió un informe completo, detallando mi historial médico y confirmando mi estado de alto riesgo. Unos días más tarde, el panel de médicos de la liga, sin siquiera hablar conmigo ni con ninguno de mis médicos, me informó que estaban negando mi solicitud de una exención de salud. Ahora me quedan dos opciones: puedo arriesgar mi vida ... o perder mi sueldo. ¿Honestamente? Eso duele", apunta seguidamente la dos veces MVP del torneo.

Por último, incide en mostrar su descontento y su repulsa ante la decisión: "Lo que me queda es cuánto duele esto. La W ha sido ha sido mi único gran sueño en la vida desde que tengo memoria, y que he dado mi sangre, sudor y lágrimas durante ocho temporadas, y ahora me dice que estoy equivocada, que soy tonta por creerle a mi médico. Que estoy fingiendo una discapacidad. Que estoy tratando de no hacer mi trabajo y aún cobrar un sueldo. Y no puedo apelar. El año pasado juegue las Finales con tres hernias de disco. Tomo 64 pastilas al día, no soy la jugadora que intenta evitar jugar al baloncesto".