El Real Madrid ya tiene una nueva Supercopa de España en sus vitrinas. La tiene gracias a su victoria ante el Barça por 89-83, una victoria en un partido igualadísimo que se decidió en la prórroga. Y la tiene, en gran parte, gracias a Sergio Llull.
Gracias a cuatro minutos del balear en los que, si existe la perfección, él prácticamente la rozó. La toco con los dedos. Se acercó mucho, muchísimo, a un jugador imparable que todo lo que toca lo mete y que además espolea a sus compañeros a hacer lo mismo.
Algo vital, por otra parte, pues en el momento en que Llull apareció el Real Madrid necesitaba más que nunca la figura de un héroe. La figura de alguien que diera esperanzas y calentase un partido frío y espeso para los blancos.
Llull, todo en cuatro minutos
Porque los azulgranas mandaban. Dominaban. Y lo hacían de forma clara. En el descanso era así, pero cuando peor estaban las cosas apareció la figura de Sergio Llull.
En cuatro minutos, el balear anotó un total de 11 puntos, con un 3 de 3 en triples, para un equipo que en dicho tramo de encuentro logró un parcial de 15-0.
Llull fue, sin duda, el jugador determinante del partido. Por lo que logró en esos cuatro minutos y por lo que supuso, pues hasta ese momento el Barça tenía al Real Madrid contra las cuerdas.
En ese tercer cuarto, el momento de la 'locura' de Llull, el Real Madrid se llevó el partido a la prórroga. Fue un 26-12 lo que consiguió el equipo blanco... un marcador que hizo que en el cuarto cuarto todo estuviera por decidir.
En la prórroga se decidió el supercampeón
Al final, prórroga, y ahí el equipo madridista sacó el ADN de supercampeón para llevar el trofeo a la capital de España. Tavares, MVP.