El ADN. Ese ADN del Real Madrid. Da igual la sección, fútbol o baloncesto. Ese ADN que prohíbe al equipo rendirse. Este Madrid de Pablo Laso acumuló derrotas y derrotas durante meses. Pero despertó a tiempo, justo en los playoffs ante Maccabi. Y siguió muy despierto en semifinales ante el Barça.

A pesar del favoritismo para los de Saras Jasikevicius, fue el Madrid el que se llevó el gato al agua con una segunda parte espectacular. Los blancos se medirán al campeón, al Anadolu Efes, en la gran final del sábado.

Un primer cuarto igualado (19-19) dio paso a un segundo periodo en el que el Barça encontró su ritmo de juego. Esa aceleración fue clave, con Nikola Mirotic como principal anotador. Con los de Laso atascados en el tiro, los azulgrana se marcharon en el marcador al descanso (45-34).

Pero tras el regreso de vestuarios el partido ni mucho menos estaba sentenciado. El Madrid se llegó de energía, fue más agresivo en defensa y recortó distancias hasta ponerse por delante con un triple de Llull (56-58).

Con el resultado de 56-60 finalizó el tercer cuarto. 11-26 de parcial para los de Laso, con un Fabien Causeur que apareció en el momento más oportuno para el conjunto madridista.

Fue entonces el momento de Llull. Varias canastas y unos tiros libres para poner la máxima del Madrid (+7) a falta de seis minutos. Y Causeur, tras un arreón del Barça con Mirotic en modo estrella (26 puntos y 12 rebotes), decidió el encuentro con un triple y un robo consecutivos. El Madrid se llevó la victoria con un resultado final de 86 a 83.