El Real Madrid ya tiene una nueva Liga ACB en sus vitrinas. Los blancos, en el cuarto partido y en la primera opción de ganar el título que han tenido, han cumplido en el WiZink derrotando a un peleón Barça que en ningún momento dio su brazo a torcer.

Porque tras un primer cuarto de calma y de medir fuerzas, en el segundo ambos equipos comenzaron a desatarse. Fue con Tavares y con Llull con quienes el Real Madrid buscó abrir brecha. Con ellos, y con un claro dominio en el rebote que desesperó a Jasikevicius.

Sin embargo, con el paso de los minutos los azulgranas le fueron dando la vuelta a todo. Empezaron a lograr más y mejores rebotes, a defender mejor a Tavares y también a hacer valer un gran acierto desde la línea de tres.

De 10 puntos de ventaja... a uno

Cuando el encuentro llegó al descanso, y a pesar de que el Real Madrid llegó a tener una ventaja de 10 puntos en el marcador, los azulgranas se fueron tan solo por uno abajo. Y, además, con mejores sensaciones.

Unas que Tavares se encargó de calmar. Se notaba cuando estaba él en pista, y también se notaba cuando no estaba en pista. Los parciales, claramente favorables al Real Madrid cuando Tavares dominaba la pintura. Cuando no, los triples del Barça ponían en apuros a los blancos.

Mucho más acierto tenían los azulgranas desde esa distancia, y cuando restaba menos de un minuto por fin se pusieron por delante en el WiZink. Quedaba un cuarto, uno en el que todo se iba a decidir.

Tavares, simplemente

En él fue el Real Madrid el más preciso. Con pérdidas incompresibles, de nuevo, del Barça, Tavares volvió a hacer mucho daño y los blancos iban saboreando con cada segundo que pasaba un nuevo título ACB.

Es el número 36 que tienen ya en sus vitrinas. Todo gracias a un Tavares inmenso que resultó imparable. Que fue el factor clave para el ya campeón de Liga.