El amor paternofilial pudo con la pasión por los colores que le vieron dar el salto a la NBA. Bronny James, hijo del tres veces campeón de la NBA, LeBron James, y jugador del instituto de Sierra Canyon, se enfrentó al instituto del que salió su padre con rumbo a la NBA, St. Vincent-St. Mary.
Ambos equipos llegaban invictos al choque y los de Ohio dominaron el encuentro durante los tres primeros cuartos, pero siempre con una diferencia inferior a los cuatro puntos de ventaja. Llegado el último cuarto, Bronny se enfundó la capa de líder de su equipo y, con menos de un minuto en el crono, inició una penetración hacia el aro que acabaría con la canasta que colocó por delante a su instituto en el marcador.
El 23 de Los Angeles Lakers vio, en primera fila, cómo su vástago anotó la canasta decisiva y lo celebró como si de una victoria de su propio equipo se tratara, con efusivos gestos de alegría y saltos reivindicando la labor de su hijo y del equipo. Hasta el árbitro tuvo que refrenar la emoción de un LeBron que a punto estuvo de invadir la pista.
Bronny James sumó un total de 15 puntos en el partido, la máxima anotación en su, aún, breve carrera y se llevó a casa el trofeo que le acreditaba como jugador más valioso del partido (MVP).