Es el más grande de la historia. Un icono que trasciende estrellas, equipos y generaciones enteras. Pero Michael Jordan, además, desprendía una superioridad sobre el parqué refrendada también fuera de él. Lo que le permitió retirarse hasta dos veces durante su carrera y, para qué engañarnos, seguir siendo el mejor hiciera lo que hiciera con su vida.

Ahora se han convertido en virales unas declaraciones del 'hall of famer' de la NBA, Chris Webber, donde desvela una curiosa anécdota justo antes del segundo partido de la primera ronda de playoffs en 1997:

"Jordan está sentado en el parking del pabellón, dentro de su Ferrari. Íbamos a jugar en su campo (el United Center) y él está ahí en el parking fumando un cigarro... ¡Está fumando un maldito cigarro antes de que empiece el partido como si ya hubiera terminado! Entonces, Juwan (compañero de Webber en los Bullets) y yo nos bajamos del autobús y él se queda como... '¿Quiénes me está vigilando hoy?' Y ese es el momento en que se supone que tú tienes que decirle: ¡Cállate hombre, que estamos a punto de 'ganarte'! (por la poca importancia que, se supone, Jordan estaba dando al inminente partido...).

Tras el partido... nos metió 54 puntos allí en Chicago".

Una superioridad con la que Jordan y sus Bulls, evidentemente, ganaron a los Washington Bullets en primera ronda y al resto de equipos que se cruzaron con ellos después en playoffs.

Porque Chicago y el mejor jugador de la historia en realidad eran así: un Ferrari adelantando rivales mientras su conductor echaba el humo por la ventanilla...