La NBA ha dicho basta por la violencia policial en Estados Unidos. El tiroteo por la espalda a Jacob Blake provocó que los Milwaukee Bucks, equipo del estado de Wisconsin, donde se produjo el incidente, se negara a jugar su partido ante los Orlando Magic.

La Liga decidió horas después posponer todos los partidos de la jornada que restaban, convocando a todos los jugadores a una reunión en la que Chris Paul y LeBron James fueron los más activos.

La estrella de Los Angeles Lakers pidió más acción y participación a todos los jugadores. Y la cosa fue a más. Porque el equipo de LeBron, además de Los Angeles Clippers, han solicitado la suspensión de la competición.

"¡Que le jodan a esto, tío! Pedimos cambios. Hartos de todo", escribió el ex de Cleveland Cavaliers en sus redes sociales al tiempo que se conocía la suspensión del Bucks - Magic.

Y no son los únicos. En los últimos días, medios estadounidenses han informado que algunos jugadores de los Toronto Raptors se plantean abandonar la burbuja de Orlando en protesta por la brutalidad policial.

Su partido ante los Boston Celtics, el primero de la segunda ronda de los playoffs, se esperaba que fuera el primer en el que se produjera este boicot a la Liga. Sin embargo, los Bucks se adelantaron.

Durante la jornada de este jueves se celebrará una reunión que se antoja clave para el futuro de la NBA. El comisionado Adam Silver se reunirá con los dueños de las franquicias y tomarán una decisión definitiva.

Los jugadores ya han hablado y muchos de ellos piden dejar a un lado el baloncesto. "Hay cosas más importantes ahora mismo", manifestó Chris Paul hace días.