A Donald Trump le crecen los problemas, también en el mundo del deporte. Ha protagonizado dos polémicas en los últimos días.

La primera, cuando llamó "hijos de puta" a aquellos jugadores que protestan durante el himno americano antes de los partidos de la NFL; la segunda, con Stephen Curry y la retirada de la invitación para ir a la Casa Blanca con motivo de su victoria en las Finales de la NBA.

A sus primeras palabras, que ocurrieron durante una declaración en Alabama, ha respondido Chris Paul, jugador de los Houston Rockets, que le ha instado a centrarse en los problemas reales de su país: "Con todo lo que está pasando en nuestro país, ¿por qué estás concentrado en ver quién hinca la rodilla y visita la Casa Blanca? Dudo que él sea lo suficientemente hombre como para llamar a cualquiera de esos jugadores un hijo de puta a la cara".

No se quedó ahí la cosa. Antes, LeBron James, la mayor estrella de la NBA, le llamó "vago" y declaró que "ir a la Casa Blanca era un honor hasta que Trump apareció". "Curry ya dijo que no iría (a la Casa Blanca), así que no hay invitación", explicó.