Oro. Qué bonita palabra. Qué bonito metal. Qué bonita medalla la que ya tiene España tras este Mundial de baloncesto de China. La Selección ha derrotado a Argentina en una final intensa que los de Scariolo dominaron gracias a su buen hacer en defensa. Con los nervios típicos de estos partidos, España ganó en Pekín a la Albiceleste en un encuentro que acabó 75-95.

Que dicen que lo importante es como se acaba, pero vaya inicio que hizo España ante Argentina. Ni nervios ni minutos de tanteo. Nada. Arrasando desde el salto inicial ganado por Marc Gasol hasta poner un parcial inicial de 0-7. La Albiceleste no sabía por dónde le venían los ataques, y en defensa los de Scariolo estaban más que atentos.

No daban opción alguna a los hombres importantes de los argentinos. Anulando a todos, tanto en sus acciones individuales como en las colectivas. Cortando pases y jugadas para dejar claro quién mandaba en la cancha. Tuvo su arreón la Albiceleste, pero el final del cuarto, como el comienzo, fue de España.

Y el segundo cuarto fue más de lo mismo. De no ser por Laprovittola, que mantuvo a Argentina en el partido, la diferencia en puntos de España habría sido salvaje. O mejor dicho, habría sido más salvaje de la que ya fue. La clave estuvo en el ataque, con acciones top entre Gasol, los Hernangómez, Ricky Rubio y Rudy entre otros. Pero sobre todo la clave estuvo en defensa.

En el rebote defensivo más bien. No permitían segundas jugadas los de Scariolo para Argentina. Al descanso, dominaban 1 a 9 el rebote en defensa, y tenían a Scola con 0 puntazos. Hasta el tercer cuarto, el veterano argentino no se estrenó, pero ahí ya era tarde para los suyos...

España había pisado el acelerón para entonces. La diferencia en el luminoso entre ambas selecciones no dejaba de aumentar, llegando a un +20 para cuando Scola anotó cuatro tiros libres. La defensa sobre él, y sobre todos, fue casi perfecta. Marc Gasol y los Hernangómez se dedicaron a realizar una auténtica exhibición en defensa para desgracia de una Argentina que veía cómo los minutos pasaban rápido.

La diferencia se mantuvo en un final de tercer cuarto en el que más que reacción de Argentina lo que hubo fue un intercambio de golpes que dejó todo prácticamente igual. Quedaban 10 minutos. Quedaba el final del camino. El "último esfuerzo" del que habló Marc Gasol en la previa del partido. Parecía que ni llegaban de jugar dos prórrogas ante Australia.

Todo era ya cuestión de un cuarto. El trabajo, hasta entonces, estaba hecho. El oro estaba ahí . El reloj avanzaba, lento, con la tensión de quien sabe que lo tiene ganado. La historia, a la espera. Reeditar el éxito de 2006 era cuestión de mantener el buen nivel exhibido. Lo hicieron y lo lograron. Sufriendo, pero lo lograron. El oro era de España. Es de España.