James Jordan acompañó a su hijo, Michael, desde el comienzo de su carrera en la NBA hasta su muerte. Una muerte trágica que fue uno de los detonantes de la primera retirada de Jordan en ese mismo año, en 1993.

El séptimo capítulo de 'The last dance' recuerda el asesinato a sangre fría de James Jordan. Dormía en su coche tras un largo trayecto por Carolina del Norte cuando fue asaltado y recibió dos disparos en el pecho. Larry Martin Demery y Daniel Andre Green cumplen cadena perpetua por su asesinato.

"Mi madre siempre estaba en contacto con él; cuando ella se preocupó, nosotros nos empezamos a preocupar", cuenta Michael. James estuvo tres semanas desaparecido hasta que encontraron su cuerpo sin vida en el fondo de un arroyo.

"Era como un amigo", confiesa un Michael muy emocionado. "Siempre me enseñó que en las cosas negativas había que encontrar lo positivo", afirma. "Y le hice caso", continúa el seis veces ganador del anillo de la NBA.

Algunos medios de comunicación relacionaron aquella muerte con los pruebas de juego de Michael, y éste estalló. "A esa gente le molestaba mi éxito. Aquello no era verdad", expresa Jordan.

Lo cierto es que en el verano de 1993, tras ganar sus tres primeros anillos consecutivos con los Chicago Bulls, Michael Jordan anunció su retirada del baloncesto y se pasó al béisbol.

El asesinato de su padre marcó su carrera. Él siempre había estado a su lado, le había animado a practicar deporte y le había consolado en sus peores momentos. Era, en definitiva, su amigo.