Wilt Chamberlain está en un pedestal inalcanzable en la historia de la NBA. Sostiene récords que nadie parece que pueda batir, pero uno de esos es el de los 100 puntos, con la mítica foto del pívot con la hoja de papel en la que estaba escrita la cifra. Sin embargo, hubo un día en el que ese récord se tambaleó.

Año 2006, Staples Center de Los Angeles. Los Lakers tienen uno de los peores equipos que se le recuerdan, con Smush Parker o Kwayme Brown como titulares del equipo. Kobe Bryant promediaba más de 30 puntos por partido, algo que le valía a los angelinos para luchar por un puesto en los Playoffs.

La segunda mayor anotación de la historia de la NBA

Kobe hacía actuaciones 'Jordanescas', tirando todos los balones que le llegaban a las manos, fallando tanto como metía. En ese mes de enero, promediaba la friolera de 41.6 puntos por partido, era un Bryant enfadado, desatado. Pero el culmen de sus actuaciones llegó un 22 de enero contra Toronto.

Morris Peterson presenció en primera persona lo que fue la mayor exhibición ofensiva individual vista en la era moderna del baloncesto. Le tocó bailar con la más fea, defender lo indefendible. Kobe metió 26 puntos en los dos primeros cuartos, parecía que la media de enero iba a mantenerse contra Toronto.

Sin embargo, el partido iba mal para Los Angeles, que no encontraban la manera de parar a Chris Bosh y compañía. La única manera era la de siempre: balones al '8'. En la segunda mitad, el ambiente de las grandes ocasiones inundó el Staples Center. Los espectadores vieron cómo anotaban un triple tras otro, cómo un hombre dio un recital para la historia.

55 puntos en la segunda mitad

Kobe Bryant, que se retiró la pasada temporada, anotó 55 puntos en la segunda parte de aquel partido para acabar con 81 puntos, la segunda mayor anotación de la historia de la NBA. El escolta se retiró del partido con la ovación merecida tras anotar el tiro libre que le ponía en la leyenda.

Además, consiguió que su equipo ganase (sólo faltaría), aquella noche todo salió a pedir de boca. Han pasado 10 años de tamaña gesta, una de las mayores de la historia del deporte. Y, a diferencia de la de Wilt Chamberlain, quedará grabada para los anales de la historia.