Un tuit, un simple tuit, puede hacer que la NBA pierda miles de millones de dólares. El 'general manager' de los Houston Rockets, Daryl Morey, escribió un mensaje de apoyo a las protestas de Hong Kong.

A partir de ese momento, el huracán se hizo imparable. China pidió a la NBA una respuesta por estas palabras, que fueron borradas casi de inmediato por el dirigente.

"Lucha por la libertad, apoya a Hong Hong", decía ese mensaje. Ocho palabras que explicó en dos tuits posteriores: "No pretendía que mi tuit causase ninguna ofensa a los aficionados de los Rockets ni a mis amigos en China. Estaba expresando un pensamiento de un evento complicado".

El propietario de la franquicia, Tilman Fertitta, le reprobó públicamente, asegurando que los Rockets no son una organización política. Mientras tanto, la NBA intenta contentar tanto a los aficionados estadounidenses, que les tachan de permisivos con China, como a los aficionados asiáticos, que les piden medidas contra Morey.

El precio de un tuit

El coste de este conflicto a nivel económico puede suponer un auténtico agujero en las cuentas de la NBA. Se espera que China sea el mercado minorista más grande del planeta este año y los Houston Rockets son, si no el más popular, uno de los equipos más populares en el gigante asiático.

Mucho tuvo que ver en eso Yao Ming, que jugó en la franquicia texana desde 2002 hasta 2011, siendo All Star en ocho ocasiones gracias a los votos de los ciudadanos chinos. Esto hizo que la cifra de jugadores de baloncesto en China se disparase, alcanzando los 300 millones de la actualidad, según la Federación China de Baloncesto, casi la población entera de los Estados Unidos.

Se estima que 300 millones de personas juegan al baloncesto en China

Tencent, la compañía que retransmite los partidos de la NBA en China, pagó un billón y medio de dólares para extender su contrato con la NBA durante cinco temporadas, un contrato que ahora pende de un hilo.

Lo cierto es que ya se ha hecho daño a los Rockets. Compañías chinas, patrocinadores y la Federación China han suspendido sus acuerdos con los Houston Rockets. Todo esto, sumado a las tremendas cifras de telespectadores que se estima que vieron al menos un partido de la NBA en China: 490 millones de personas.

Debate abierto: libertad de expresión contra dinero

La NBA se encuentra en una encrucijada en este punto. Adam Silver, comisionado de la liga, ha dejado claro que no se disculpará por el tuit de Morey, defendiendo los valores de igualdad, respeto y libertad de expresión.

El partido entre los Brooklyn Nets y Los Ángeles Lakers que estaba planificado que se jugase en Shanghái ha estado en peligro hasta que la NBA ha confirmado que finalmente se jugará.

Steve Kerr, muy crítico con diversos aspectos de la política de Donald Trump en Estados Unidos, no se ha querido 'mojar' en este conflicto, calificándolo de "extraño".

Ahora, se encuentran entre la espada y la pared, intentando encontrar el equilibrio entre el dinero y la libertad de expresión.